Cuando a mediados de los años sesenta Juan Marsé publicara su novela Últimas tardes con Teresa, los protagonistas de nuestra historia de desamor político aún ni siquiera habían nacido, pero también es verdad que ese título resume de manera gráfica la situación de ruptura entre Pablo Iglesias y Teresa Rodríguez.
La verdad es que el desenlace era previsible, y achacarlo al pacto de gobierno entre Unidas Podemos y PSOE es sólo el pretexto que Teresa ha utilizado para llevar a cabo el plan de ruptura con el que venía amagando desde hace ya mucho tiempo y, aprovechando aquello tan socorrido de que el Pisuerga pasa por Valladolid, ha decidido que este era el momento, o quizás tan sólo su propio momento.
El tiempo nos dirá si Teresa ha acertado o se ha podido equivocar poniendo patas arribas la coalición que tomó forma con Adelante Andalucía. Lo que sí está claro es que ha conseguido su minuto de gloria a costa de explosionar sin control a las fuerzas políticas andaluzas situadas a la izquierda del PSOE.
Lo cierto y verdad es que, como bien titulaba Juan Marsé, Pablo Iglesias ha pasado sus últimas tardes con Teresa tratando de evitar lo inevitable por premeditado y calculado. Lo de menos en este caso son las diferencias ideológicas o estratégicas con las que se pretende disfrazar el auténtico problema, que no es otro que el deseo de brillar con luz propia de la líder andaluza, que ha sido incapaz de encontrar dentro de Podemos su lugar bajo el sol.
Desde mi punto de vista personal los platos rotos de este final dramático los va a pagar la portavoz parlamentaria de Adelante Andalucía que, mientras tuvo la suficiente fuerza para acallar a quienes disentían de su liderazgo andaluz, no tuvo ningún pudor en cerrar filas con Iglesias, pero en cuanto éste y sus partidarios andaluces se han visto reforzados por la presencia en el Gobierno de España, Teresa ha decidido poner tierra de por medio ahora que todavía está a tiempo, más vale tocata y fuga que ciento volando.
Pero quizás lo más emotivo de todo este culebrón, a la izquierda del PSOE, haya sido el videoclip con el que se han despedido en las redes sociales. Confieso que cuando me contaron lo del vídeo haciendo un dueto de despedida pensé de manera inconsciente en aquella famosa Vete y no vuelvas del dúo Pimpinela, pero cual no sería mi sorpresa cuando lo que me encontré fue la versión política de Sergio y Estibaliz cantando Tu volverás: “..y aunque vuelvas de vacío, volverás…”. Romántico y profético el vicepresidente Iglesias.