Desvaríos III

El sabio. Foto de J.C. González

1. Ignoro qué son las cosas, qué es la vida; solo puedo esbozar algunos "comentarios inconexos”.

 
2. Cortesía social. ¡Qué cómoda, sin compromiso! Solo hay que contar con emoción algún asuntillo anodino.


3. Hay palabras entrecortadas que son sollozos al borde del llanto.


4. Llorar de alegría: Eclosión emocional incontenible después de una larga y tensa espera de dolor intenso.


5. Cuando reventemos de ira, con un enfado explosivo, más necesaria es la prudencia, la discreción. ¡Qué fácil decirlo!


6. Decía su amiga que ella tenía una bondad natural. Pero ella se quejaba, incapaz, de que no podía  alcanzar la contemplación de la belleza.


7. Era un hombre tan lento, tan al margen, que, incluso, no había llegado ni a su “sí mismo”.


8. ¡Me gustan esos dientes blancos cuando la gente sonríe irónica!


9. La "belleza sublime" me aturde. Mejor la "belleza sucia, contaminada", en la que prevalezca lo admirable sobre lo chabacano.


10. Móvil. Motivación: Aquello que mueve moralmente. Teléfono, celular: Aquello que mueve sensualmente. En él todo es placer subyugante.


11. ¡Ojo de loca no se equivoca! Dios era una mujer.


12. La vida es una carrera en la que muchos de los corredores no alcanzarán el pódium. Son lo que viajan en los vagones de "tercera clase".


13. En las tascas se bebe, se vive, se aprende. Segundo hogar. Las tabernas son las universidades de los nómadas.


14. Cuanto más silencioso, más soñador. ¿Acaso la felicidad es escandalosa?


15. El ruido y la furia no pueden con la delicadeza; siempre hay un rincón para la ternura.


16. ¡Tan cerca de la muerte y tan valientes!


17. Lo que la naturaleza permite, que no lo prohíba la cultura. Desde una perspectiva biológica, evolutiva, nada es antinatural.


18. Los filósofos construyen argumentos; los sabios solo viven, sin ideas.


19. "El infierno son los otros", decía Sartre. Solo de la conversación solilocuente puedes enriquecerte.


20. Lo trivial, lo banal, lo insustancial, representa la mayor parte de la vida. Solo desde lo superficial se puede acceder, seguro que lentamente, al sentido, al misterio.