Silvio Berlusconi, el hombre que sin duda ha sido el principal protagonista de la política italiana durante los últimos 30 años, ha fallecido en Milán a los 86 años. Es un tópico decir de alguien que es una persona sobre la que no cabían medias tintas, que se la quiere o se la aborrece, pero con Berlusconi es así: fue tres veces presidente del Gobierno de Italia... y llegó a tener más de veinte causas judiciales abiertas, tanto por su faceta como político como por la de empresario, si es que en su caso se puede distinguir entre ambas, que esa es otra. Por eso mismo, Berlusconi tenía dos apodos, era Il Cavaliere para sus partidarios e Il Caimano para sus detractores, dos términos que no necesitan traducción ni explicación.
Probablemente Miguel Mora ha dado con la definición definitiva del personaje en el perfil que ha escrito en el digital CTXT, al decir que ha sido "el inventor del Trumpismo", un trumpista mucho antes de que a Donald Trump se le ocurriera dedicarse a la política: cuando Trump se dedicaba a ir a bailiar a Studio 54 con Ivana o a ir al boxeo con otras personalidades de la época al Madison Square Garden, el empresario Silvio Berlusconi comenzaba a dar sus primeros pasos en política con su inconfundible estilo populista.
Propietario en su día de Mediaset (Telecinco), propietario del Milan AC y con importantes negocios también en el sector inmobiliario Il Caimano —utilizar uno de los dos apodos es decantarse, ya saben...— consiguió llegar al corazón de muchos italianos, que veían en él al triunfador... que sus propias cadenas televisivas 'vendían' a una sociedad-audiencia anestesiada por toneladas de telebasura.
La política como espectáculo era aparentemente su ideología —con permiso de la política aplicada a los negocios... a los suyos, claro—
No se puede negar que, en efecto, Berlusconi fue un político innovador en lo que a comunicación e imagen se refiere. Si desde los tiempos de Kennedy la política se fijó ya en las posibilidades que ofrecía la televisión, fue el político italiano el que estrujo el binomio política-televisión y televisión-política, recogiendo los restos del régimen de alternancia instaurado en Italia tras la II Guerra Mundial, también conocido como el Pentapartito, tras el desmoronamiento de la Democracia Cristina, el Partído Socialista y la mutación del Partido Comunista.
La política como espectáculo era aparentemente su ideología —con permiso de la política aplicada a los negocios... a los suyos, claro—, pero eso sería quedarse solo con lo más chirriante del personaje. Por debajo, su ultraliberalismo ha ido atacando los derechos y libertades, reduciendo al mínimo el debate político real del país transalpino.
Berlusconi ha fallecido, pero su legado goza de buena salud en Italia. Giorgia Meloni, del partido de corte neofascista Fratelli d'Italia, es la actual presidenta del país y tras haber pasado por uno de sus gobiernos como ministra, sin duda es su alumna más aventajada.