El Congreso de los Diputados aprueba este martes la ley de amnistía, a no ser que alguna de las dos formaciones independentistas catalanas se presenten con alguna reclamación de última hora y el PSOE —junto al resto de socios que sostienen al Gobierno— no den su aprobación.
El Gobierno de coalición —cabría decir más bien el PSOE, que es el que marca las líneas de actuación— tiene como estrategia neutralizar lo que se podría llamar "exceso de comunicación" que genera todo lo relacionado con la amnistía de Cataluña, para lo que ha diseñado una agenda social encaminada precisamente a restar espacio en los medios de comunicación a este tema, consciente de que se trata de un asunto polémico que en el conjunto del Estado resta más que aporta y que, como mínimo, resulta cansino para buena parte de la ciudadanía.
En este contexto, ha resultado muy llamativo el oportuno pasodoble de la comparsa de Antonio Martínez Ares en el Carnaval de Cádiz, en el que el célebre compositor muestra su hastío hacia todo lo relacionado con la política en Cataluña, el procès y la amnistía, además, cantando en catalán. Para Martínez Ares en el país hay problemas mucho más importantes que están a la espera de resolución e invita al presidente, Pedro Sánchez, a dedicar el mismo tiempo y esfuerzo a sacarlos adelante.
Martínez Ares se queda en el "hastío" que le da el tema catalán, pero ya advirtió Ortega y Gasset que no tiene solución, solo "conllevanza"
Es evidente que mucha gente estará de acuerdo con esta reflexión, sea progresista o conservadora; la cuestión es que Martínez Ares se queda en la crítica y no entra en soluciones al problema, a no ser que se vea como tal el "que se vayan" final.
Por supuesto, es de sobra conocida la nueva tesis del PSOE de que, precisamente, la amnistía es parte de la solución a ese conflicto territorial, algo que en absoluto comparten las otras partes implicadas, ERC y Junts, para las que la solución real sería la celebración de un referéndum de independencia que, 'preferiblemente', arrojara como resultado la victoria de su opción.
No deben desesperar el comparsista ni los millones de españoles que se plantan en el hastío: al fin y al cabo, ya lo decía Ortega y Gasset hace un siglo, el problema catalán no tiene solución y solo queda la "conllevanza" del mismo.
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