Se va de la política Inés Arrimadas, una política de carrera fulgurante, en la segunda acepción que viene en el diccionario Oxford para este término, algo que es "rápido" e "intenso". Que dos palabras tan apropiadas para definir a Arrimadas y los poco más de once años que ha estado en política, alguien que pasó de ser prácticamente una desconocida en la política nacional a ganar unas elecciones autonómicas cruciales en Cataluña al frente de Ciudadanos (las de 2017, en un momento de máxima crispación social en dicha comunidad tras el intento de independencia) y que ahora se despide de la vida pública.
En realidad, con su anuncio de que deja la política, Arrimadas ha querido ser tajante y frenar los rumores de los últimos días que la situaban hipotéticamente encabezando la candidatura del PP al Congreso por la provincia de Cádiz, algo que le encajaba a mucha gente en los mentideros políticos desde que la dirigente decidió fijar hace meses su residencia en su Jerez natal. También habría que tener en cuenta la política de integración de dirigentes y cuadros de Ciudadanos que viene manteniendo el PP de Juanma Moreno desde que el partido naranja se quedó incluso fuera del Parlamento autonómico en las últimas elecciones.
Arrimadas ha formado parte de los grandes aciertos y los grandes errores de Ciudadanos, ha estado en su auge y en su caída. Probablemente no lo sabía aquella navidad de 2017 cuando decidió no presentarse a la investidura como presidenta a la Generalitat catalana aduciendo que los independentistas tenían mayoría absoluta, como así era, pero ese fue tal vez el 'error original', el 'error subyacente' que explica en buena medida la evolución de Ciudadanos. Con lo valiente que era, gustara o no políticamente, con lo valiente y sin complejos que se la veía frente a los independentistas, tomar aquella decisión...
Luego vinieron más errores, imputables mayormente a Rivera, aunque ella siempre estuvo allí. Errores como, por una cosa u otra, no haber terminado por entrar nunca en un Gobierno con PSOE o con PP, y ya, finalmente, decir adiós a unas de las dos almas, como al partido le gustaba decir, con la que nació Ciudadanos, la socialdemócrata, y quedarse únicamente con la liberal y la deriva que tuvo, con el definitivo episodio de Colón, un error de cálculo de proporciones descomunales.
Tras el último fiasco electoral –apenas 300.000 votos–, Arrimadas ha sido de las dirigentes del partido que se ha mostrado partidaria de no concurrir a las elecciones generales de julio para no molestar al PP en su afán por poner fin al 'sanchismo', que la jerezana comparte por completo.
Imposible decir ahora si Inés Arrimadas ha dicho adiós o solo hasta luego. Es muy joven, todavía tiene 41 años, así que tiene todo por delante y los políticos, ya saben, son como los toreros, nunca dejan de serlo.