Situaciones cambiantes necesitan forzosamente decisiones flexibles. Puede que hace ocho, diez, quince años tuviera sentido que el período de alto riesgo de incendios terminara en Andalucía dentro de unos días, a finales de mes, pero la verdad es que hoy por hoy, debido a la sequía, cuando no abiertamente al cambio climático, es cuestionable mantener esta rutina cuando casi diez días después de comenzado octubre se suceden temperaturas por encima de los 35 grados, tras apenas un único período de lluvias otoñales que poco o nada han servido para remediar la sequedad de campos y bosques.
Los bomberos forestales, adscritos al Plan Infoca, han sido advertidos de que deben agotar las vacaciones y días libres que tengan pendientes a partir del 16 de octubre, lo que solo supone una cosa: que aproximadamente 700 trabajadores pasarán a engrosar las filas del desempleo en Andalucía y el operativo se va a quedar por debajo del 50%, con lo que eso significaría en caso de que hubiera una emergencia de envergadura, algo que no se puede descartar teniendo en cuenta los dos años largos de sequía, las temperaturas que se siguen dando y, hay que decirlo otra vez, la sequedad en que se encuentran los montes.
Esta decisión de la Junta ha pillado con el pie cambiado a alguno de estos profesionales, si se tiene en cuenta que el Ejecutivo autonómico había expresado su voluntad de que el Infoca (el servicio) pasase a formar parte de la Agencia Integral de Seguridad y Emergencias de Andalucía. Eso significaría que, en la práctica, la Junta estaría en disposición de asumir al 100% los criterios para que el operativo se mantuviera todo el año –atención, una cosa son criterios y otra, efectivos–, por lo que ha chocado entre los bomberos forestales que este año se mantenga la habitual reducción de plantilla en lo que podría llamarse 'fin de temporada', cuando se pensaba que podía pasarse ya a realizar labores de prevención en el monte los meses invernales y se han encontrado con el anuncio todavía este año de una medida a todas luces decepcionante y que, sin duda, no merecen unos profesionales que cada vez, en mayor medida, deben acometer más incendios y de carácter más virulento.
Los bomberos forestales anuncian movilizaciones y la Junta debería reflexionar sobre decisiones como la que acaba de tomar, tanto por el alcance que puede tener este año de sequía como por el hecho de que a partir de 2024 puede ser que el Infoca, se llame como se llame el servicio, esté ya al 100% todo el año.