Los precios han vuelto a repuntar durante enero, después de dos meses consecutivos de caídas. La principal causa es el encarecimiento de la electricidad y del gas después de la retirada (parcial) de las ayudas introducidas por el Gobierno durante la crisis energética de hace dos años, básicamente la bajada del IVA al 5%, que ahora vuelve al 10% y seguirá subiendo.
Es un mal dato porque, aunque se trate de unas décimas y el resultado final se quede en un 3,4% interanual (un dato aceptable si se tiene en cuenta cómo estaba la inflación en 2021 y 2022), es evidente que podría tener influencia en el crecimiento económico previsto para España en 2024 –un 1,7%, muy por encima de la media de la Eurozona– y, lo que es más importante, podría influir en que se posponga el descenso de las hipotecas, que los expertos cifraban para poco antes del verano.
La inflación subyacente (que excluye energía y productos elaborados) se queda en un 3,6%, pero hay algunos productos sobre los que cabe preguntarse de nuevo qué está ocurriendo, caso de las legumbres, arroces, productos frescos y, sobre todo, el aceite de oliva, que siguen imparable. Los productos alimenticios subieron de media un 7,6% en el período de enero a enero.
Un nuevo ciclo alcista retrasaría el descenso de las hipotecas
Por poner un ejemplo que toca especialmente a Andalucía, el verano pasado fue noticia que el aceite de oliva virgen extra (aove) alcanzara los 10 euros... bien, ahora está en ese precio la segunda calidad de aceite de oliva, mientras que cualquier marca estándar de 'aove' está en los 15 euros. Si se pone porcentaje a dichas subidas, el incremento del aceite de oliva ha sido del 63% en la inflación interanual, pero es que si se toma una perspectiva de tres años, la subida solo puede calificarse de desorbitada, ya que estamos hablando ni más ni menos que de un 176%, una auténtica barbaridad sobre la que no hay más respuesta. A unos 10 euros la botella de aceite de oliva normal, 15 el 'aove'... son precios que están muy por encima de cómo está en supermercados de muchos países importadores, algo un tanto sorprendente y sin más explicación hasta ahora en nuestro país que es que se trata de consumos escasos para los que se acumulan importantes stocks.