Se cierra una de las campañas electorales probablemente más extrañas de la democracia española y ya solo queda votar. ¿Cosas extrañas? Empezando por unas fechas inéditas, bien metido el verano, con lo que eso significa en España, tanto por las vacaciones como por el empleo que se genera no siempre al lado de la residencia habitual... pero también por la polémica de un voto por correo que prácticamente ha duplicado sus cifras o por el hecho de que un candidato se haya permitido no acudir a un debate electoral, algo insólito también. Incluso la guerra de los carteles colgando en edificios o la Junta Electoral pronunciándose sobre el uso de camisetas a la hora de ir a votar... En realidad, como que hay poca gana de acudir a unas elecciones generales en plena canícula y después de haber votado apenas dos meses antes en unas municipales y autonómicas en muchos puntos del Estado.
La mayoría de la prensa, indistintamente de su signo, coincide en la ausencia de grandes ideas y propuestas durante una campaña que tampoco se puede decir que haya sido especialmente dura o enconada, más bien se ha tratado de una campaña un tanto abúlica, empezando por el hecho de que el propio clima ha mediatizado la agenda de políticos... y de los propios asistentes habituales a estas citas.
Se llega a la cita electoral del domingo con una polarización política que, tal vez, es mayor que la detectable en la sociedad, con dos grandes bloques PSOE, Sumar y nacionalistas de un lado, y PP y Vox de otro, sin que se pueda hablar, en absoluto, de relaciones similares entre ellos: mientras que los socialistas y la plataforma de Yolanda Díaz dan muestras de su amistad y de su disposición a seguir gobernando en coalición con los apoyos parlamentarios que han tenido a lo largo de la pasada legislatura, lo cierto es que en la derecha las aguas bajan más revueltas, con el PP de Núñez Feijóo intentando que cale entre el electorado su mensaje de que necesita una mayoría que, aunque no sea absoluta sea "suficiente" para no necesitar a Vox en el Gobierno, la formación de extrema derecha deja claro en todo momento que su posición no variará un ápice de lo que ha venido exigiendo al PP a lo largo de la formación de los gobiernos autonómicos y algunos ayuntamientos después de las pasadas elecciones.
¿Resultados? Pues todo está abierto. Salvo el CIS y, en algunos momentos, Prisa y la Sexta, las encuestas de los grandes medios de comunicación han ido dando en todo momento que PP y Vox sumarían mayoría absoluta el domingo, pero PSOE y, sobre todo, Sumar, han ido de menos a más durante estas dos semanas, hasta el punto de que hay máxima incertidumbre. Los ciudadanos tienen la última palabra el domingo.