La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha vuelto a chocar con el sector hostelero, con el que viene demostrando a lo largo de su mandato que no comparte buena parte de su funcionamiento, al menos no en cuanto a horarios y retribuciones. La ministra mostró el pasado lunes su desacuerdo con que en España muchos restaurantes cierren habitualmente sobre la una de la mañana, un horario que, entiende, es imposible para la conciliación familiar y el derecho (propio) al ocio.
La ministra, que el martes ha matizado sus palabras al decir que hablaba más de la extensión de la jornada laboral que del horario de cierre, ha recibido la crítica unánime de un sector importantísimo y que es parte fundamental de lo que, en el sentido extenso, se entiende por turismo. España recibió durante 2023 la visitas de unos 85 millones de personas que, además de hospedarse, visitar monumentos y disfrutar de las playas, también comen y beben, a lo que hay que sumar la proverbial afición de sus propios habitantes a salir y la costumbre de hacerlo tarde.
El problema es que las palabras de la ministra tienen algo más de 'pronto' que de reflexión porque, en realidad, no hierra el tiro, al menos no del todo. Es cierto que la hostelería es un sector en el que muchísimos trabajadores trabajan muchas horas por encima de su jornada –que no siempre se retribuyen–y está a la orden del día que tampoco las cotizaciones sean las correctas. Se trata, el de la hostelería, de un sector en el que, de alguna manera, conviven profesionales con trayectoria intachable y auténticos aventureros, tanto los que desconocen su día a día, como los que buscan un negocio rápido. Siempre ha sido así y precisamente la propia Díaz, como responsable de Trabajo, debería pedir que se redoblen esfuerzos en la inspección.
Otra cosa es que la ministra quiera abrir un debate profundo sobre los horarios laborales en España, en todos los sectores económicos, un debate en el que siempre habría que tener en cuenta el clima –las horas de calor– y el horario oficial que hace que a las diez de la noche en verano todavía sea de día. Y eso parece muy complicado.