Tras un fin de semana en el que el PP ha optado por la buena suerte que, al parecer, le da la plaza de toros de Pontevedra a Alberto Núñez Feijóo –ese fue el mensaje más reseñable; se trata de un líder que ha optado por moverse a mitad de camino del meigallo y de la mayoría suficiente o amplia que reclama, sin más modificación que la del adjetivo– y un Pedro Sánchez que ha decidido no tener agenda durante todo el fin de semana para concentrarse en el debate que se celebra la noche del lunes y dejar el protagonismo mitinero María Jesús Montero, no puede pasar desapercibido que poco a poco, decisión a decisión, Vox va marcando los movimientos no solo del bloque de la derecha, que también, sino de la propia campaña electoral por su capacidad de arrastre respecto al PP y de crítica abierta de toda la izquierda.
Si PSOE, PP, Sumar y, en general, las fuerzas políticas se están moviendo durante la campaña con las habituales promesas propias de los programas electorales, lo cierto es que Vox está haciendo, se puede decir, una campaña más centrada en lanzar mensajes nítidos a sus hipotéticos votantes a través de decisiones basadas en los pactos de gobierno alcanzados con el PP... y también de las decisiones que deja de tomar.
En el primero de los casos hay que destacar en Baleares, pese a que no ha entrado en el gobierno, la desaparición de Igualdad y Medio Ambiente, como se acordó en el pacto... otra cosa es el momento elegido para hacerlo; en el segundo caso tenemos un incremento sustancial de las demandas para cerrar un acuerdo con el PP en Murcia, con petición de vicepresidencia incluida. El anuncio de Santiago Abascal en entrevista con Susanna Griso –por cierto, a destacar los encuentros de Abascal con distintos youtubers el fin de semana, lo que da una idea de su opinión de la prensa tradicional– de que se retrotraerán distintas leyes, caso por ejemplo del aborto, o una política de inmigración más restrictiva, también cuenta, pero resultan, insistimos, más destacados los mensajes que dimanan directamente de la acción política.
Ante esta situación, el PP redobla su esfuerzo por el voto útil e incluso deja entrever que Vox hay veces que parece que trabaja para el PSOE, con un calado de este mensaje entre el votante por ahora incierto.
Habrá que ver cómo transcurre el debate a dos de Pedro Sánchez y Núñez Feijóo: si tiene interés y hay un ameno cruce de propuestas y fintas políticas o si, por el contrario, se cumple la premoción emitida por Yolanda Díaz el pasado fin de semana de que vamos a ver "un cara a cara de zascas entre dos hombres del bipartidismo que miran al pasado".