El espacio Schengen apremia el acuerdo en Gibraltar

A un mes de que puedan aumentar los controles en la Verja, el ministro de Exteriores reúne a los alcaldes de la comarca para hablar sobre los últimos contactos con Reino Unido, por ahora sin avances significativos

Gibraltar. Imagen de la frontera, este verano.

El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, se ha reunido con los alcaldes del Campo de Gibraltar y dos consejeros de la Junta de Andalucía para hablar de las negociaciones con el Reino Unido y explicarles... pues para explicarles poca cosa, ya que la última reunión con su homólogo británico, el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, y la Unión Europea apenas tuvo avances.

Hubo un momento, justo en la pasada primavera, en que parecía que el acuerdo estaba al alcance de la mano, pero el adelanto electoral en el Reino Unido –e incluso los resultados, ya que la victoria del Partido Laborista ha llevado al nuevo Gobierno británico a revisar todo lo que se llevaba avanzado por parte del Partido Conservador– hizo que finamente no llegara a firmarse nada y, lo que es peor, comienza a crecer la sensación de que probablemente ese tren ya pasó, aunque el ministro Albares –y también Picardo, todo hay que decirlo– siguen manteniendo cierto optimismo.

El acuerdo que hay sobre la mesa tiene como prioridad última facilitar la vida a todos los habitantes de la zona, tanto de la comarca como del Peñón. Sería un área compartida de desarrollo en la que estaría garantizada el libre tránsito de personas. Por lo que a España se refiere, este acuerdo sería importante para los 15.000 trabajadores que entran a diario en Gibraltar, porque aunque ahora mismo no hay problemas, se pondría fin a la provisionalidad del sistema de acceso. También alcanzaría al uso compartido del aeropuerto. Por supuesto, no se aborda nada referente a la soberanía de la Roca.

Lo cierto es que el tiempo comienza a apremiar, ya que dentro de un mes –10 de noviembre– entran en vigor nuevos controles y permisos parar circular por el espacio europeo Schengen, lo que, lejos de 'tirar' la Verja, podría devolver a la actualidad las colas de entrada y salida del Peñón.

Ha llegado el momento de que Reino Unido decida si Gibraltar queda dentro de Schengen en un acuerdo general o si prefiere que siga fuera de dicho espacio, aunque probablemente signifique el empeoramiento de la movilidad de sus habitantes. Decida lo que decida, a nadie se le escapa que estará cargado de simbología.