Oportunidad política la de la Junta de Andalucía para introducir su propia agenda, si no en las negociaciones, sí en el debate que acompaña a todo lo relacionado con Gibraltar en las negociaciones entre la Unión Europea (con España al frente) y Reino Unido (con Gibraltar). El presidente de la Junta, Juanma Moreno, ha sido hábil al encontrar un hueco concertando una cita con los alcaldes del Campo de Gibraltar, y dando altavoz a una premisa que, no por obvia y de pleno sentido común, debe dejar de pasarse por alto: el acuerdo al que se llegue sobre el Peñón debe contemplar también los intereses de los 300.000 habitantes de la comarca gibraltareña.
El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, tiene pensado realizar un acto similar en los próximos días (probablemente el lunes) y ha visto cómo, pese a ser él el que tiene toda la información de lo que hay sobre la mesa, el primer titular se lo ha llevado Moreno. Las cosas de la política. Albares lleva ya tiempo dando a entender que el acuerdo está prácticamente cerrado y que es bueno para todas las partes, pero es evidente que hasta que no haya un ok total no podrá entrar en pormenores, como ya ocurrió recientemente durante un debate sobre el tema en el Senado. Sí ha avanzado un poco más el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, para dejar claro que el acuerdo que hay sobre la mesa, en ningún caso, cuestiona la soberanía británica sobre el Peñón.
Realmente es así, la soberanía no está en cuestión, pero se trata de dar soluciones a temas que pueden facilitar la vida, el día a día, de todos los gibraltareños, como por ejemplo el derribo de la Verja, apostar por la libre circulación de personas y mercancías, una mejora en el sueldo de los trabajadores españoles y en el cobro de sus pensiones, el uso conjunto del aeropuerto y una solución a distintos temas medioambientales, como la depuración de aguas por parte del Peñón. Esos son los grandes temas. Todo lo tocante a la soberanía seguirá esperando.
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