María José García-Pelayo vuelve este sábado a convertirse en alcaldesa de Jerez después de su victoria por mayoría absoluta en las municipales del 28M. Lo será por tercera vez, como consecuencia directa de lo que en el PP alguien bautizó hace años como 'el efecto Pelayo', ese supuesto plus que tiene en Jerez. Pelayo retorna después de que en 2015 fuera desalojada por un pacto de izquierdas tras haber ganado las elecciones. No fue candidata en 2019 y parecía que volver a serlo no entraba en sus planes, pero tal vez, como en esa serie de hace años, Ally McBeal, en alguna parte empezó a sonar esa canción de Barry White y se activó 'el efecto Pelayo', que parecía dormido... o tal vez fue el 'efecto Moreno', quién sabe.
El caso es que Pelayo se ha autoimpuesto una exigencia máxima para los primeros cien días de su gobierno, ya que entiende que la ciudad, lejos de la opinión de la alcaldesa saliente, Mamen Sánchez, lleva tiempo adormilada, con la tensión baja.
La nueva alcaldesa quiere dar un cambio a la limpieza y a la movilidad en la ciudad; quiere volcarse en el empleo, con tres concejalías específicamente destinadas a tal fin. Desde su equipo se hace mención al viento de cola que tendrá su gestión, con el PP gobernando en Sevilla y previsiblemente —solo previsiblemente— también en Madrid, que serán las Administraciones con las que Jerez vaya a hablar de grandes proyectos. Incluso la Diputación, tras confirmarse el gobierno del PP con La Línea 100x100, sin perder de vista lo que habrá aportado Jerez con su mayoría absoluta.
No hay a la vista aventuras municipales en solitario... y es verdad que las arcas del Ayuntamiento, sin estar boyantes (no podrán estarlo nunca con la deuda cercana a los mil millones de euros que soporta por todos los conceptos), están en un momento aceptable gracias a la gestión socialista, hay que reconocerlo.
El convenio municipal y el plan de estabilización municipal serán otros temas de interés para Pelayo, igual que el centro histórico, zona para la que se comenta que podría haber un plan específico, en el que se aborden tanto temas relacionados con las demandas de los vecinos a favor de la habitabilidad que se vienen produciendo, el aumento de bares y terrazas o incluso la proliferación de apartamentos turísticos, que tanto se han potenciado por el gobierno socialista, asunto sobre el que tendrá que decantarse próximamente la alcaldesa.
El traspaso de poder entre PSOE y PP está siendo exquisito —aunque la transparencia de la que se habla ahora quizás más tarde arroje sorpresas—. Lo normal a veces también es noticia. Se abren cuatro años de mandato con una nueva gestión. Suerte, suerte para Jerez.