Los restos mortales de José Antonio Primo de Rivera, creador de Falange, fueron trasladados desde el valle de Cuelgamuros —el antiguo Valle de los Caídos— al madrileño cementerio de San Isidro en lo que supone un paso más en la definitiva reasignación de este espacio de la sierra de Guadarrama.
Primo de Rivera, madrileño de familia jerezana, víctima de la Guerra Civil —fue juzgado por conspiración y rebelión militar contra el Gobierno de la Segunda República, condenado a la pena de muerte y fusilado en los primeros meses tras el Golpe—, tenía derecho como tal a que sus restos mortales permanecieran en la basílica, aunque con la condición de que fuera en un lugar que no tuviera carácter preeminente, como hasta ahora, pero finalmente la familia decidió su traslado al panteón que tiene en dicho cementerio, donde también descasan los restos de su hermana Pilar, fundadora de la Sección Femenina de la Falange.
La familia ha esperado a una efeméride, el 120 aniversario de su nacimiento, para dar un sentido a la fecha elegida una vez que decidió exhumar el cuerpo y trasladarlo. Pero ya. Desde el principio, quería evitar que hubiera un interés mediático similar al que se produjo con la exhumación de los restos mortales de Francisco Franco y aquel traslado televisado con la presencia de la ministra de Justicia de entonces, Dolores Delgado, como Notaria Mayor del Reino, y la inevitable 'oficialidad' que al final tuvo dicho acto, que terminó por molestar a la familia del dictador y también a las autoridades.
"Unos 200 ultraderechistas han saludado al paso del vehículo donde iban los restos del fundador de Falange"
Durante el traslado, unos 200 ultraderechistas se han reunido para homenajear la figura de José Antonio y ha habido algunos altercados con la Policía allí desplegada al saltarse el cordón de seguridad, pero nada de gravedad.
La figura de José Antonio, que hace 50 años se estudiaba en los colegios —cuando murió Franco, el anuncio de la muerte del dictador se acompañó de un mensaje de José Antonio, y de hecho, siempre se dijo que Franco fue uno de los principales beneficiados de la muerte del fundador de Falange, especulándose más de una vez se ha especulado con la ucronía de cómo se hubiera organizado el régimen con esas dos personalidades—, hoy es cosa de un puñado de nostálgicos y está en un rincón de lo peor de la historia de un país llamado España.
José Antonio, que apeló en su momento a la "lógica de los puños y las pistolas", pero al que también se le supone una fuerte amistad con Federico García Lorca, es un personaje que tiene múltiples aristas y que, posiblemente, esté a falta de una biografía definitiva. Pero eso es lo único que se puede reivindicar. El resto es todo pasado.