La campaña electoral de las elecciones municipales (y autonómicas en doce comunidades, más las ciudades de Ceuta y Melilla) se cierra con un alto grado de incertidumbre respecto a los resultados, incertidumbre que es trasladable a los tres ámbitos electorales, tanto a nivel nacional, como en las grandes ciudades andaluzas y a nivel local.
El CIS da ganador en toda España al PSOE por menos de dos puntos de ventaja respecto al PP, un margen muy estrecho. A nivel nacional, la campaña ha estado marcada por tres temas que han ido calando en el conjunto del debate, del que, una vez más, el municipalismo ha brillado por su ausencia. El PP ha planteado estas elecciones en modo 'primarias' de las elecciones generales de diciembre y el PSOE ha aceptado el envite. Primero fueron las listas de Bildu con la inclusión de un importante número de etarras, algunos con delitos de sangre, antes de pasar directamente a ETA; después, el debate se fue a si España era o no un país racista tras lo acaecido en Mestalla con el futbolista Vinicius Jr y, por último, la posible compraventa de votos, con posibles fraudes detectados de Melilla a localidades de Almería (Mojácar), Albacete y Huelva, han copado un debate que el PSOE tenía previsto que transcurriera por su ley y planes de vivienda como conquista de un nuevo derecho y que al final, ante los ataques recibidos, no ha tenido más remedio que utilizar como 'recorte' local.
En Andalucía la lucha se va a centrar en las grandes ciudades. El PSOE quiere mantener a toda costa las alcaldías que tiene, con especial atención a Sevilla como símbolo, a la vez que explora qué puede ocurrir en la Cádiz 'post Kichi', donde podría haber un pacto de izquierda en el que participaran los socialistas o un vuelco a la derecha con Bruno García, muy arropado toda la campaña por el mismísimo presidente de la Junta, Juanma Moreno.
En Jerez, quinta ciudad de Andalucía por habitantes, tampoco hay nada decidido. El PSOE confía en crecer en número de concejales y en mantener a Mamen Sánchez al frente, aunque sea con el apoyo de la confluencia de IU y Ganemos, a la espera de ver si otras fuerzas a su izquierda obtienen también representación. Por su parte, el PP confía en la experiencia de María José García-Pelayo para recuperar una alcaldía de la que fueron expulsados hace ocho años pese a haber sido la lista más votada, en solitario o con apoyos de VOX, que tiene opciones de entrar por primera vez en el Consistorio jerezano.