Cuando uno de los grandes partidos evita hacer una lectura en clave nacional de los resultados de unas elecciones autonómicas, ya se sabe a quién le ha ido mal. El PP ha salvado una situación complicada en uno de sus tradicionales feudos, Galicia, mientras los socialistas se hunden. La cita se fue complicando para los populares a medida que se acercaba la fecha electoral, hasta el punto en que parecía que podía perder la mayoría absoluta –y, por añadidura, el gobierno de la Xunta– frente a la suma del BNG y del PSOE.
Nada de eso, con 40 parlamentarios, el PP obtiene su quinta mayoría absoluta consecutiva en la comunidad y cumple el objetivo que se fijó adelantando unos meses las elecciones, el de meter presión a los socialistas. Ha llegado el momento de que el PSOE analice qué está ocurriendo, más allá de parapetarse en que su candidato, Gómez Besteiro, se dio a conocer apenas tres meses antes de las elecciones. En dos elecciones autonómicas, el PSdG ha perdido casi la mitad de sus parlamentarios, al pasar de 17 a 14 y de 14 a los 9 que obtuvo este domingo, unos datos que, además, contrastan poderosamente con el tirón del Bloque, que pasa de 19 a 25.
Días antes de las elecciones, varios dirigentes socialistas ya expresaron su temor a los resultados que podía tener el partido en Galicia, debido entre otras cosas al "exceso de mimo" que se le ha dado a la candidata del Bloque, Ana Pontón, frente al 'desamparo' que se percibía en Besteiro.
El PSOE ve cómo, elección tras elección no remonta, y empieza a ser tercera fuerza política en cada vez más territorios (es cierto, que en Galicia, ya en 2020 fue tercera, pero siempre había sido segunda; de hecho, las dos veces que ha gobernado con los nacionalistas del Bloque, la presidencia fue socialista). Por ahora, los socialistas tiran balones fuera sobre la posibilidad de que su batacazo se deba a posibles motivos ajenos a Galicia, caso de la amnistía, diciendo que, al fin y al cabo, el Bloque, que ha recibido casi toda su pérdida de votos, es favorable a dicha medida.
Mientras todo esto ocurre en las filas socialistas, a la espera de que opine Pedro Sánchez, con la absoluta del PP Núñez Feijóo despeja cualquier duda existente sobre su liderazgo y se asegura meses de tranquilidad en el partido.