El rey emérito, Juan Carlos I, ha puesto fin a una breve estancia de seis días en Galicía, donde ha asistido e incluso participado en las regatas de Sanxenxo, partiendo rumbo a su residencia actual, en el emirato de Abu Dabi, eso sí, no sin antes decir que tiene intención de volver "pronto" a España.
Hace unas semanas, sobre todo cuando se especulaba con un eventual triunfo del PP que le diera para formar gobierno, con o sin Vox, comenzó a hablarse tangencialmente sobre este asunto, sobre el hipotético regreso del rey emérito a España o, al menos, a algún país europeo cercano -se hablaba sobre todo de Suiza y de Portugal-, pero se trata de un asunto que después de que lo más probable es que el PSOE consiga reeditar un gobierno de coalición, esta vez con Sumar, y de nuevo con el apoyo parlamentario de nacionalistas e independentistas, parece haberse congelado, al menos por lo que al debate en los medios de comunicación se refiere.
Hay que recordar que la salida de España de don Juan Carlos en 2020 fue incluso aplaudida por los socialistas y hasta cierto punto pactada por el Gobierno con el monarca actual, Felipe VI, si bien desde que el emérito ha solucionado sobre el papel sus temas pendientes con la justicia española, la suiza e incluso la británica -victorias todas basadas en la inviolabilidad, las prescripciones y las regulaciones tributarias, no lo olvidemos- se ha producido un evidente bajón en el tono de crítica hacia su figura. En ese contexto cabe interpretar sus deseo de volver y de hacerlo "pronto".
El PSOE, tan dado a apelar a sus valores republicanos, siempre ha mantenido una posición práctica hacia la figura de la Monarquía, evitando entrar en debates de fondo, instalado, en definitiva, en una especie de "hoy no toca", que diría Jordi Pujol. Por contra, otras formaciones de izquierda vienen hablando abiertamente desde hace años de la necesidad de convocar un referendum para que la ciudadanía se pronuncie sobre el sistema que prefiere, si Monarquía o República, algo que hoy por hoy no permitiría la Constitución. Incluso, estas formaciones han aprovechado los escándalos financieros y tributarios del emérito para plantear una 'enmienda a la totalidad' a la Monarquía. Por su parte, aunque el PSOE esta vez no se ha puesto de perfil, tampoco ha querido que sus críticas pasaran de lo personal a lo institucional, diferenciando sustancialmente entre quien ya no es rey y el actual monarca. El PP, por último, siempre se ha guardado mucho de que cualquier roce con el monarca -que los ha habido, sobre todo en la época de José María Aznar- trascienda a lo público.
Nada impide a don Juan Carlos actualmente fijar su residencia en España si es su deseo o venir más a menudo, lo que prefiera. Ahora bien, una explicación y una disculpa ante la ciudadanía -una más convincente que la del elefante, si es posible- no estarían de más.
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