Río Guadalete, años de espera

La presentación del libro 'Los molinos de la Corta y el río Guadalete' hace recordar la necesidad de introducir medidas que recuperen el río para Jerez en todos sus aspectos, tanto recreativo como cultural o paisajístico

Río Guadalete. Imagen reciente del estado del inacabado (y vandalizado) centro de interpretación.
Río Guadalete. Imagen reciente del estado del inacabado (y vandalizado) centro de interpretación. JUAN CARLOS TORO

Jerez es una ciudad que vive de espaldas a su río, el Guadalete. El que probablemente sea su principal monumento, La Cartuja, está a unos pocos cientos de metros de su ribera, una tierra fértil que, por eso mismo, siempre ha estado poblada, pero la ciudad históricamente se ha mantenido a distancia y ha crecido en todas las direcciones, excepto para ir a 'buscar' su río.

En los últimos veinte años son varios los planes e iniciativas que, en algún momento, se han puesto en marcha para la recuperación y la puesta en valor (expresión al uso) del Guadalete, sin grandes avances. En este contexto se mueve Los molinos de La Corta y el río Guadalete. Historia de un singular enclave en Jerez, un libro coral que busca directamente rescatar del olvido al Guadalete y en el que están muy presentes el legado patrimonial e histórico del río y su ribera, destacando también su importancia paisajística y antropológica.

La presentación del libro en el Museo Arqueológico ha sido un pequeño acontecimiento que habla a las claras de las ganas que buena parte de la población jerezana tiene de recuperar su río para uso recreativo –en barca por su cauce, haciendo senderismo por sus riberas–, pero también su memoria y su valor patrimonial. 

Hay que recordar también que en 2023 arrancó un plan supramunicipal Jerez-El Puerto por valor de 42 millones de euros sin que por el momento hayan trascendido medidas concretas más allá de grandes directrices a favor de la protección y recuperación de los valores ambientales, paisajísticos y el disfrute del patrimonio cultural. 

Con todo, el Centro de Interpretación del Río Guadalete es probablemente el fiasco mayor los que se han producido en todo este tiempo, ya que, entre otras cosas, son unos 400.000 euros que han ido a la basura, después de que el edificio, que se programó con fondos del Plan E que puso en marcha el presidente Zapatero en 2008, se quedara a medio terminar y, desde entonces, haya sido objeto de vandalismo y pillaje... toda una decepción para los jerezanos que pensaron en algún momento que esa iniciativa era la buena para recuperar el río. Por ahora, toca seguir esperando.

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