Los trabajadores de Acerinox han puesto fin a la huelga, una huelga que ha durado más de cuatro meses, como hacía años que no se veía en la provincia de Cádiz. Este viernes ha vuelto la actividad a la planta que la multinacional tiene en Palmones (Los Barrios), con sentimientos contrapuestos después de una movilización tan larga, tantos días sin cobrar y con la posibilidad –certeza, habría que decir– de que la empresa plantee en breve un ERTE para escalonar la vuelta a la producción que habrá que volver a negociar.
El acuerdo de convenio que había sobre la mesa, gestionado por el Consejo Andaluz de Relaciones Laborales (CARL) con la presencia de la propia Junta, la empresa y el apoyo de los sindicatos CCOO, UGT, USO y Coordinadora (ATA, mayoritario en el comité de huelga, se oponía), contó con el apoyo de 938 trabajadores y el voto en contra de 635 (la plantilla tiene unos 1.730 empleados), es decir, un resultado claro, pero no abultado, en una votación en la que, sin duda, tuvo un peso determinante el cansancio por todo este tiempo y por todo lo que ha ido ocurriendo y que deja bien a las claras la división existente en la actualidad en la plantilla.
Se trata de un convenio que contempla una subida de sueldos del 13% en los cinco años de vigencia, pero que a estas alturas para lo que sirve es para poner fin a la huelga y volver al trabajo, pero que no va a cerrar la importantes heridas que se han abierto no solo entre la plantilla y la dirección, sino entre los propios trabajadores, como de hecho lo demuestra que más de un tercio del global de la plantilla se opuso al acuerdo.
El sindicato ATA, que ha llevado la voz cantante en la huelga y que no era partidaria del acuerdo finalmente aprobado por la plantilla cree que "no ha habido vencedores ni vencidos" y que la amenaza de 500 despidos fue determinante para que se decantara la votación debido precisamente al desgaste de tantos días de huelga... Con la vuelta al trabajo se abre un tiempo nuevo Acerinox que, desde luego, no va a ser fácil.