La investidura de Pedro Sánchez, salvo sorpresa mayúscula, está atada. La foto de Santos Cerdán, el número 3 del PSOE, con el dirigente de Junts, Carles Puigdemont –al que llegó a referirse como president, por cierto–, se valora como la 'prueba de vida' que estaba reclamando la formación independentista para dar su apoyo a Sánchez y, a su vez, la última pieza del puzle para lograr todos los apoyos que necesita el actual presidente para volver a serlo.
De hecho, ha comenzado a hablarse de posibles fecha para la ceremonia, que podría ser la semana que viene, los días 8 y 9 ó el 9 y el 10 de noviembre, si no, sería ya la siguiente. El registro de la ley de amnistía que, en principio, sería anterior a la ceremonia de investidura, se da por seguro que será a comienzos de la próxima semana.
Tras la 'foto-acuerdo' con Puigdemont, llegó la confirmación del acuerdo con ERC la noche del martes, lo que despeja todo el frente independentista catalán, aunque en el PSOE van a contener la respiración hasta el final; los negociadores son conscientes de que puede haber cualquier problema de última hora que salpique a lo acordado debido a las fricciones entre las dos formaciones catalanas.
Por lo demás, las señales que envían los hechos son inequívocas desde el pasado fin de semana. Durante la celebración del comité federal del PSOE, Pedro Sánchez habló de la amnistía, refiriéndose por fin a la misma con todas las letras. Esto solo significa una cosa: que el acuerdo con los independentistas está cerrado, ya que no tendría sentido que Sánchez entrara en un tema tan controvertido –y a estas alturas– de no tenerlo atado. De hecho, comenzó a hilvanar ya el 'relato' que va a acompañar la previsible amnistía, cuando en tono solemne llegó a afirmar que "en el nombre de España, en el interés de España, defiendo hoy la amnistía en Cataluña", justo antes de pedir el apoyo de la militancia.
También se ha sabido que el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, visitó recientemente a Puigdemont para animarlo a cerrar el acuerdo. Esa visita tiene a su vez otra lectura: si Ortuzar se ha prestado a realizar dicho contacto es porque el PNV a su vez también tiene cerrado el acuerdo: ¿qué sentido tendría animar a participar a otra formación si tú todavía no has cerrado el de la tuya?
Queda hablar de Podemos. Nadie se plantea que los cinco diputados de esta formación en Sumar no den su apoyo a Sánchez, pero el sí sigue sin ser explícito. Claro que, aquí, más que de programas, se está hablando de cosas mucho más tangibles, como es el reparto de ministerios y su reclamación de uno como mínimo de la cuota que le corresponda a Sumar.
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