El Senado tiene una evidente vocación territorial que, por unas cuestiones o por otras, nunca ha terminado de cerrarse. El PP ha intentado hacer valer –de manera legítima, por qué no– su mayoría absoluta en la Cámara Alta para debatir acerca de la intención del PSOE de amnistiar al independentismo catalán para facilitar la investidura de Pedro Sánchez. Qué mejor altavoz ante la opinión pública que un 'conducto' oficial como es el Senado.
Ni el PSOE ni sus barones territoriales han picado en esta estrategia del PP –por una vez, sin duda, razonablemente bien urdida– pero se han encontrado con la sorpresa de que el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, ha decidido acudir y, si bien no se ha quedado a escuchar otras intervenciones, ha soltado un speach de algo más de diez minutos de indudable interés, tanto por su contenido como por lo que supone de aval (relativo) para la convocatoria. Eso sí, hay distintas interpretaciones acerca de lo que ha supuesto la intervención de Aragonès en el Senado: hay quien piensa que ha querido marcar perfil propio, distancia con los socialistas, y dejar claro que todavía no hay acuerdo (y que si lo hay, ERC no se ha salido de su hoja de ruta: primero amnistía y luego referéndum) y, al revés, hay quien interpreta que, de alguna manera, ha ido en representación del acuerdo con los socialistas, que no han ido por evitar enzarzarse con los populares acerca de la amnistía.
Además de la de Aragonès, probablemente la intervención más interesante haya sido la del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. Moreno ha estado cordial en las formas –incluso ha llegado a agradecer a Aragonès su asistencia, aunque haya sido exprés– pero duro y serio en el contenido. Moreno ha evitado caer en territorialismos al afirmar que representa a los ocho millones y medio de españoles que viven en Andalucía; su oposición a la amnistía, por lo que significa, y ha puesto en duda el actual modelo de financiación autonómica, que estima que perjudica los intereses de Andalucía. Por último, ha alertado de posibles condonaciones de deuda que finalmente tengan que pagarse "a costa de su sanidad y educación públicas" los andaluces.
Bien, nuevo episodio salvado por los socialistas hacia la investidura de Pedro Sánchez, pero con todas las incógnitas sin despejar. Parece que está hecho, pero...