Con el fin de año llegan una serie de datos económicos que, si se cruzan, ofrecen una radiografía interesante de la actualidad, o al menos sobre cómo la valora el Gobierno y cuáles son sus perspectivas en un futuro inmediato.
Desde hace semanas estaba anunciado que el IVA de la electricidad iba a volver a subir y lo va a hacer del 5% en que ha estado este año que termina –era una de las medidas de choque contra la inflación– al 10% para todo el 2024. Eso sí, desde el Ejecutivo se anuncia que la vocación es que el tipo de dicho impuesto vaya subiendo progresivamente hasta que vuelva a situarse, en dos o tres años, en el 21% en el que estaba antes de la crisis energética.
Sin embargo, el Gobierno ha decidido mantener, al menos hasta el 30 de junio, la rebaja del IVA en la cesta de alimentos básicos, como son el pan, la harina, la leche, los quesos, los huevos, las frutas, verduras, cereales y legumbres, que seguirán exentos, mientras que las pastas y aceites seguirán en el 5%.
La decisión del Gobierno de subir el IVA a la electricidad no ha sido bien recibida por parte de las empresas y de las organizaciones de consumidores, que creen que es prematuro, pero está en línea con los datos de inflación facilitados también por el Gobierno, que sitúan a España con una inflación del 3,1% y una acumulada del 3,2%, es decir, con esas cifras, se da por superado lo peor de la crisis energética –agravada por la guerra de Ucrania– y en ese sentido se mueve el Ejecutivo. Ese dato de inflación, combinado también con el descenso del euribor, que está al 3,56%, hace prever más pronto que tarde una bajada en las hipotecas.
Pero es que incluso hay otro dato complementario en esa relación energía-inflación-tipos impositivos: se ha dado a conocer que España ha conseguido el hito de conseguir que el 50% de la electricidad que produce sea renovable (eólica, solar o maremotriz). Esto significa que durante 2023 se ha hecho un esfuerzo notable, ya que estaba en el 42%. Esto supone ir por delante en el proceso de eliminación de las energías fósiles de todas las grandes potencias económicas europeas, caso de Alemania, Francia, Italia o el Reino Unido.
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