La muerte de cinco mujeres en apenas 48 horas víctimas de la violencia machista es una cifra absolutamente insoportable, que recuerda que la sociedad española sigue teniendo un grave problema con la violencia de género y los malos tratos. Está bien que las instituciones –ayuntamientos, gobiernos autonómicos, el propio Gobierno– salgan a condenar estos hechos, se convoquen concentraciones y minutos de silencio, pero es evidente que la magnitud de la cifra pone de relieve que algo no se está haciendo bien del todo y que se necesitan nuevas ideas y más medios para erradicar definitivamente esta lacra.
Los crímenes de cinco mujeres en Salou (Tarragona), Sabadell (Barcelona), Madrid, Buñol (Valencia) y Alicante se suman a los otros tres que ya se habían producido a comienzos de mes, lo que hace temer que julio pueda convertirse en un mes de triste récord e iguale o incluso supere a julio de 2019, en que hubo nueve asesinatos.
Con estos cinco asesinatos, en España se habrían producido durante los que llevamos de 2024 un total de 26 asesinatos de mujeres directamente relacionados con la violencia de género.
El caso es que el comité de crisis contra la violencia de género se reunió hace solo unos días, este mismo mes, después de los tres primeros asesinatos. La propia ministra de Igualdad, Ana Redondo, reconoció tras dicha reunión que existe un problema en el sistema de detección de casos de violencia de género, sobre todo en lo que se refiere a coordinación, y que es ahí precisamente donde se van a intentar subsanar los fallos.
En cuanto a la política, el propio Gobierno considera una prioridad renovar el pacto de estado contra la violencia de género. Este pacto se alcanzó en 2017 y al mismo se sumaron los distintos grupos parlamentarios, así como comunides autonónomas, ayuntamientos, etc. Este pacto se evaluó el año pasado y parece un buen momento para volver a hacerlo atendiendo a la gravedad de la situación que se está viviendo este verano porque es evidente que hay que implementar nuevas medidas.