Me la pela el 12 de octubre. Lo único que me gusta de ese día es que es festivo y puedo ir con mi mujer a pasear a mi perro por la playa. Enhorabuena, compatriotas, habéis conseguido despegar a muchos españolitos como yo de los símbolos y fiestas nacionales. El día de la Hispanidad es hoy solo la celebración de esa España cañí y rancia que no entenderá jamás que la única nación viable es la de la inclusión y el respeto a la diversidad.
Pero, a pesar de mi desapego no quiero que me acuséis de sectario, no penséis que el Pituffo Gruñón pone palos a la convivencia en nuestro país. Soy consciente de que esto es lo que hay y que tenemos que aguantarnos los unos a los otros, así que, en pos de una celebración nacional mayor, se me ha ocurrido unir vuestra fiesta patria con la fecha que más me gusta del año, la noche de Halloween. Pensadlo bien, los maños podrán seguir celebrando el Día del Pilar, y después todos juntos podríamos dedicar un día, ¡qué digo un día, una semana! a celebrar con nuestros fantasmas. Eso sí, que cada uno aporte los suyos.
Vecinos míos, no desdeñéis tan pronto mi idea. Os está quedando una España de pesadilla, propia de Cuarto Milenio, ¿qué trabajo os cuesta? Poned un poco de vuestra parte, quizás así esos monstruos matatoros de semen fuerte no nos darían tanta grima a los demás; ¿quién sabe?, a lo mejor hasta vuestras brujas desalmadas —aquellas que niegan el auxilio a abuelos enfermos y mienten como bellacas— nos parezcan a los perroflautas más llevaderas, y podremos contener nuestras ganas de vomitar. ¡Ah! ¿Y qué me decís de vuestros zombis comecerebros con sus bulos burdos? Por no hablar de vuestros vampiros que chupan la sangre a los demás para que estos la den por la patria y así no sacrificar la de sus hijos emprendedores.
¿Veis? Seguro que ya os va gustando más mi idea. ¿Aún no? Pues para acabar de convenceros propongo una misa negra en la que vuestros adoradores del diablo puedan venerar, sin complejos, al ridículo macho cabrío de la Legión que desfila glorioso al son de una trompeta. Cayetanos y cayetanas, más terrorífico y apocalíptico que esto no lo vais a encontrar. Vuestra sacerdotisa Ana Rosa leerá su libro de invocaciones, escrito por un negro, y conjurará maldiciones varias para que el Estado no gaste dinero en ayudas ni investigación. Y como colofón, al final de la misa, el coro de los niños pijos del Ahuja cantará junto a sus ninfómanas listas para el aquelarre. Venga, amigos, apuntaos a la semana del terror. Os dejamos incluso traer a vuestras momias malditas ¿Qué más os da retrasar vuestro festival de VivaVox hasta la última semana de octubre? Todo será por España, para que nuestro reinado de ridículo y retraso se extienda por el orbe. Ha llegado el momento de gritar todos juntos, con una sola voz, ¿No es lo que queréis?
¡Arriba Españaween!
¡Arriba!- gritaron todos…
Y entonces me desperté sudoroso y temblando. Joder, Pituffo, qué mal te sienta tanta bandera y tanto patriota. Tranquilo, solamente ha sido un mal sueño. ¿O no?