No sé a ciencia cierta si Federico García Lorca estuvo alguna vez en Jerez. Supongo que sí, dada la evocación que hace de la ciudad y los versos que le dedica en su Romance de la Guardia Civil española, incluido en su Romancero gitano. Además no parece lógico que quien mostró tanta pasión por el flamenco y por la gitanería, no se acercara nunca a conocer la población que él mismo bautizó como la “ciudad de los gitanos”, cuna del cante flamenco por más señas. En la biografía del poeta que escribió Ian Gibson —que es la única que he leído— queda documentado que Lorca estuvo en Cádiz, en Sevilla, en Málaga, en Córdoba... pero nada se dice de que visitara Jerez.
Claro que, como reza la copla, “desde Cádiz a Sevilla hay que pasar por Jerez”, por lo que doy por supuesto que sí debió conocer la ciudad y los restos de su vieja muralla “con las torres de canela”. En cualquier caso, lo importante es que situó en Jerez el desarrollo de uno de sus romances más hermosos y también más comprometidos, hasta el punto de que, según Gibson, incluso pudo influir en su trágico destino.
No son muchas las ciudades que tienen el privilegio de haber sido cantadas por alguien del nivel de Federico García Lorca, posiblemente el poeta más leído de toda la historia de la literatura española, y sin duda el más popular. Y por eso no entiendo que Jerez no haya puesto en valor el capital cultural que esto significa —como hace la ciudad de Soria con Antonio Machado—, siquiera colocando algunos azulejos en rincones del casco histórico que den a conocer, a quienes nos visitan y a los propios jerezanos, algunos de los bellísimos versos que el poeta granadino dedicó a la “ciudad de los gitanos”. Sería también una manera de rendirle homenaje a quien, con sus versos, hizo de Jerez un lugar mítico en el universo literario:
“¡Oh ciudad de los gitanos!
¿Quién te vio y no te recuerda?
Ciudad de dolor y almizcle,
con las torres de canela”.
“...los gitanos en sus fraguas
forjaban soles y flechas.
Un caballo malherido,
llamaba a todas las puertas.
Gallos de vidrio cantaban
por Jerez de la Frontera”.
“Por los espejos sollozan
bailarinas sin caderas.
Agua y sombra, sombra y agua
por Jerez de la Frontera”.
“¡Oh ciudad de los gitanos!
¿Quién te vio y no te recuerda?
Que te busquen en mi frente.
Juego de luna y arena”.
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