Es una infamia y una felonía, como diría uno de los maestros de la política española. Es tal la indignación que no es posible coger la pluma, no se puede escribir en largo, porque sangran de tinta roja los jirones de España.
La Guerra que precedió a la II Mundial, supuso la venta en fascículos de las riquezas de España, por quienes mintieron al decir defenderla.
Poco a poco se van desprendiendo de sus vestimentas solidarias, se cuelgan los trajes de fraternidad, en el armario profundo de la España oscura, en esa profunda herida que dejó la dictadura militar española en territorio de África, frente a las islas Canarias.
El rey cumplió los deseos de su perverso heredamiento y, al tiempo de entronarse, entregó de hecho, en contra de toda legalidad internacional, a la Dictadura del rey de Marruecos, su territorio colonial, cumpliendo los deseos del criminal Jefe de Estado que le repuso en la Corona.
Este legado ilegítimo, e internacionalmente ilegal, forma parte del pacto entre crímenes de guerra. Desgraciadamente los hechos nos llevan al origen de la desmemoria y la ignorancia en el que han aplastado la verdad histórica de la invasión de los territorios de España por las dictaduras de Hitler, Mussolini, y el Rey de Marruecos.
Esta primera invasión, que se ha encubierto como guerra civil, en los territorios de las Españas, fue el ensayo general del intento de invasión de Rusia, por parte de la Alemania nazi y sus gobiernos aliados fascistas: 27 millones de muertos eslavos, y otros millones de cristianos, judíos y demócratas europeos.
El resultado local fueron los primeros campos de concentración, donde se esclavizaron a los trabajadores que defendieron la legalidad democrática por toda la península ibérica, sólo siete en la provincia de Sevilla. Ahora que se empieza a escribir la Historia real del siglo XX, y se destapan las fosas comunes, del país que tiene una de las cifras mayores de desaparecidos del mundo.
La herencia franquista para la imposición de la Corona tuvo muchos pactos invisibles, y uno de ellos culmina en nuestro siglo, la entrega a la dictadura de Marruecos del territorio colonizado por la potencia responsable, que por Derecho internacional sólo correspondería a la autodeterminación del pueblo saharahui, mediante referéndum, tal como mandató reiteradamente la Asamblea de la ONU, y toda jurisprudencia de los tribunales europeos, e internacionales.
Tal como advierte el actual gobierno de la República Saharaui, es posible que el gobierno del Reino de España no sea consciente de que está obviando la violación del Derecho internacional, cuya consecuencia es la ocupación, el saqueo y la agresión contra el pueblo saharaui. Para quienes no quieren escuchar, suscribamos al maestro: "Malditas sean las guerras, y los canallas que las organizan."
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