Esther

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No llegó el 24 de diciembre, no. Llegó el 15 de noviembre y se llamó Esther, por su tía. Nació mujer, pequeña gran mujer. Y esto la marcará para toda la vida. A ti, Esther, quiero contarte un poquito de este mundo al que has venido, ahora que se acaba el año. Deseo de todo corazón que seas feliz, y que dispongas de todas las herramientas necesarias para serlo. Primero, debes conocer que, como mujer, tu camino tendrá algunos obstáculos más que si hubieras sido hombre, pero será seguro un camino más fácil que el que recorrieron tu madre y tus abuelas. Eso será gracias a ellas, seguro, y gracias a hombres que comprenden que no es justo que haya estas diferencias. También lo será gracias a ti. Te lo explico.

Este 2017, tienes que saber que han pasado algunas cosas buenas, como que ha crecido el permiso de paternidad hasta las cuatro semanas, y el año que entra será de cinco. Tú dirás, tan bonita tú, que qué tiene eso de bueno, pues yo te lo explico. Gracias a eso los padres podrán formar parte activa de tu vida desde tu nacimiento, y compartir así la inmensa tarea de acompañarte en tus primeros días. La ley cambia y dice que eso ya no es solo responsabilidad de las madres. Y eso es positivo, aunque aún queda trecho por recorrer hasta que se equiparen los plazos de ambos. Pero creo que estamos en ello.

Han sucedido además cosas malas, mucho, pero que han servido para que la sociedad reaccionara ante hombres que aún tienen mucho que aprender. No entraré en detalles, Esther, solo te diré que un grupo de chicos agredió a una joven mujer en unas fiestas y afortunadamente fueron pillados. La Justicia ahora los pondrá en su sitio, aunque la sociedad, previamente, ya se ha encargado de hacerlo. Muchas personas y entre ellas, multitud de colectivos feministas —feminista quiere decir que procuran la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, por si alguien, que no lo creo, te quiere confundir— han visibilizado una condena pública y sin paliativos. La Manada, que así se hacía llamar este grupo, ha unificado el clamor que empuja el cambio. Y esto, dentro de la desgracia, también es positivo.

Porque Esther, aunque tú no lo sepas, hay hombres que dañan a las mujeres. Maltrato se llama. Que incluso las matan. Más de medio centenar han perdido la vida este año en España. Y te preguntarás por qué. Y yo también. Tú, que acabas de abrir los ojos y tienes ya la fuerza de un ciclón, debes saber que todo influirá en la construcción de un mundo mejor para ti, para que estas muertes no sucedan nunca más. La familia, el colegio, los medios de comunicación y los amigos, más adelante, conformarán tu entorno de crecimiento, por dentro y por fuera. Pero tú, estarás atenta a todo, y contribuirás a que esa transformación siga produciéndose.

Por eso quiero agradecerte que estés aquí. Eres el futuro y sé que estaremos en muy buenas manos. Junto a ti, muchas otras mujeres, y también hombres, han nacido este 2017. Serán mejores que nosotras y mejores que vosotros, seguro, porque heredarán todos los aprendizajes de igualdad que les transmitiremos. Ésa es nuestra responsabilidad. Yo tengo esperanza en ti, Esther. Acabas de nacer y sin embargo, sé que has venido para construir un mundo más feliz, toda la felicidad que cabe en tu sonrisa. Bienvenida.

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