Los baches despiertan a Telmo

Las actuales carreteras no están diseñadas para mayores índices de tráfico diario año a año, soportando grandes tonelajes de camiones

Ingeniero de Montes.

Una carretera de acceso a Cádiz en una imagen reciente. Los baches despiertan a Telmo

El parque automovilístico es cada vez más numeroso y dejando a un lado los coches clásicos, se renueva la flota con mejores prestaciones de seguridad y mayor gama.

Complementariamente, tenemos la mayor red de autovías, autopistas, carreteras nacionales, autonómicas y provinciales de la historia, enorme desembolso inversor en su construcción, articulación del territorio donde el itinerario importa; sin embargo, desde años atrás se evidencian deficiencias en su correcta conservación. No es un caso aislado, siendo en otros países del primer mundo un hecho relevante de primer orden, como actualmente en Inglaterra, donde la estrategia fallida del parcheo ha dejado más de un millón de baches a prueba de cualquier amortiguador.

Mi sobrino Telmo está realizando su primer viaje en coche, para conocer a su abuela. Sus gases, tras dos meses, están pasando de manera lenta, y cuando duerme, es de celebrar por todos. Pues un interminable reguero de pequeños socavones en el firme, hacen imposible el esquivarlos, desgastando la suspensión, poniendo a prueba neumáticos, exigiendo destreza al volante y provocando sobresaltos en el interior del vehículo. La velocidad máxima está incluso minorada entre 10 y 20 km/h según tramos, para evitar accidentes por el mal estado de la calzada.

Las actuales carreteras no están diseñadas para mayores índices de tráfico diario año a año, soportando grandes tonelajes de camiones, incluso con remolques, hacen que su deterioro sea cada vez más palpable. Una ambulancia trasladando un enfermo no debe pasar por esto.

Investigación en nuevos firmes adecuados a los tiempos actuales, trabajos de conservación necesaria incluyendo jardinería de medianas y nudos viarios que dotan de paisaje, mitigadores de calor y pantallas anti destellos con reducción de sonoridad, junto a referentes de calzadas romanas existentes a día de hoy como calles con adoquines de Gerena, sin desprender calor como el negro asfalto, han de tenerse en cuenta en la toma de decisiones.

Menos impuestos, mejores coches y peores carreteras no es un buen negocio.