Estimado Presidente:
Es responsabilidad de todos que los Fondos de Recuperación y Resiliencia, los Fondos Next Generation dotados por la UE tengan verdaderamente el carácter transformador que necesitamos, que contribuyan a la innovación y la sostenibilidad de manera decidida para afrontar con mayores garantías los enormes retos del cambio climático y el despoblamiento de nuestras zonas rurales, y, sobre todo, tenemos que lograr que sirvan para afrontar con garantías los mayores retos a los que nos enfrentamos: el cambio climático y el despoblamiento de nuestras zonas rurales, sin olvidar que el objetivo último es que sirvan para mejorar la vida de las personas, con criterios de justicia, transparencia y equidad.
Seguimos con atención las noticias y novedades vinculadas a este programa y seguimos echando en falta, como le hemos trasladado en anteriores ocasiones, mayores y mejores ejercicios de transparencia y participación. La realidad es que tenemos muy pocas certezas sobre la manera en que se está diseñado su implementación, su reparto, sus prioridades, sabemos muy poco de los plazos, los procedimientos, los requisitos. Mientras tanto, cada día en las noticias aparecen declaraciones sobre proyectos que van a poder llevarse a cabo gracias a estos fondos.
Estamos ante un momento crucial. No podemos alimentar especulaciones, conjeturas, ni mucho menos apropiaciones extemporáneas de unos fondos públicos cuyo fin básico es paliar la lamentable situación en la que se encuentran muchos sectores, unos fondos que están llamados a ser la palanca de esa ansiada innovación sostenible que algunos tanto esperamos.
Nos preocupa igualmente los rumores que apuntan a que gran parte de estos fondos, cuando estén disponibles irán a manos de grandes corporaciones. Tienen intereses propios, fundamentalmente económicos, que no son coincidentes con los objetivos colectivos de transformación social y sostenibilidad. Por eso es fundamental mejorar la transparencia y la participación, contando desde el principio con las pequeñas y mediana empresas, los ayuntamientos, los agentes sociales (Universidades, asociaciones, grupos de desarrollo, empresarios, tercer sector, etc.), porque son los que conocen las verdaderas necesidades del territorio y su gente, son los que van a lograr una adecuada capilaridad en la elección de proyectos, en la asignación de los recursos de manera justa.
En estos últimos meses, desde que se anunciase el programa, se han elaborado y recopilado proyectos y propuestas. Este hecho nos parece especialmente significativo pues evidencia dos cosas: el interés y preocupación de los agentes sociales por abordar retos y mejorar carencias, y porque evidencia que son muchas las necesidades y retos a los que nos enfrentamos. Algunos de ellos se han vehiculado mediante las federaciones de municipios o comunidades autónomas, otros han sido trasladados directamente a consejerías y ministerios. Resulta necesario informar cuanto antes del estado de esas propuestas, de su validez y posible estado de tramitación. Son muchas las horas de trabajo dedicadas, muchas también las expectativas incluidas en esas propuestas, unas expectativas que pueden quedar frustradas por falta de información y transparencia.
El futuro del mundo rural pasa por la puesta en marcha de proyectos transversales que tengan como objetivo la innovación, la sostenibilidad y la transformación de la realidad, sólo así estaremos poniendo medidas para revertir el despoblamiento, para combatir el cambio climático. Es necesario motivar e implicar a la sociedad, hacerla partícipe de todo el proceso, sólo así lograremos el cambio tan necesario que deseamos. Tenemos que encontrar mecanismos, procesos, figuras que involucren al mayor número de personas posible. Por ejemplo, mucho se habla en las últimas semanas de la implementación de las energías renovables; potenciar las comunidades de usuarios energéticos sería una interesante vía de trabajo.
Es igualmente imprescindible coordinar, canalizar, informar de un programa que supera con creces cualquier otro conocido. La creación de una Oficina Técnica que informe, que agilice, que aclare dudas a las entidades más pequeñas, a las que tienen menos recursos, propiciaría en nuestra opinión que fuesen protagonistas y destinatarios de un mayor número de proyectos de este programa.
Las entidades pequeñas del medio rural podrán tener dificultades de acceso para la identificación y ejecución de proyectos precisamente por su pequeño tamaño. Pensamos que lo más necesario y beneficioso para todos es que una parte importante de estos Fondos europeos se destinasen a proyectos de pequeña entidad, y en ese contexto, es muy útil y rentable que exista esa Oficina técnica. Que se mueva en el territorio y que ayude en las complejos procedimientos administrativos tanto de presentación como de seguimiento que presentan estos Fondos, y en general todos los que provienen del sector público. Esta oficina podrá favorecer un control estricto de los mismos, una cuestión que se ha ido consolidando como una dificultad administrativa intrínseca a las entidades de reducido tamaño pues solo puede ser afrontada por grandes consultoras y grandes corporaciones. No es que los Fondos Públicos de entrada se limiten a estas grandes corporaciones, es la aplicación práctica de sus exigencias, lo cual es un mecanismo indirecto de exclusión muy potente para las pequeñas entidades del medio rural.
Llevar a la práctica un concepto erróneo de la innovación es otro de los riesgos que debemos evitar necesariamente en la aplicación de estos Fondos Europeos pues la tecnología hace, en muchos casos asociar innovación con automatismo. No podemos perder de vista en ningún momento que el último objetivo es la mejora en la vida de las personas. Si estos Fondos Europeos se destinasen a implementar sistemas tecnológicos que cada día necesiten menos de la mano humana, eso derivaría en una expulsión de muchas personas del mercado de trabajo con las consecuencias nefastas que ello implica. Para evitarlo es esencial que los proyectos financiados con los Fondos Next Generation lleven incorporados de forma explícita un objetivo de empleo junto a los de digitalización y medioambientales. Si no lo hacemos así, corremos el grave riesgo de sustituir personas por máquinas, lo que nos llevaría a un ecologismo de ricos y pueblos vacíos.
La bondad, la óptima aplicación de los Fondos de Recuperación y Resiliencia está, tanto en la diligencia como en la transversalidad. En nuestra opinión, es muy importante que se establezcan mecanismos ágiles para que las acciones puedan ponerse en marcha a la mayor brevedad posible, así lo necesitamos todos, pero es igualmente importante ser honestos con nuestra gente y con su futuro. Es responsabilidad del gobierno que preside que se doten los mecanismos necesarios de transparencia, de participación pues son cuestiones esenciales para lograr legitimidad y priorizar aquellas áreas de trabajo, sectores y territorios que más lo necesitan.
Los patronos y colaboradores de la Fundación Savia estamos a su disposición y la de su equipo para lograrlo.
Sonrisa,
Francisco Casero Rodríguez. presidente de Fundación Savia.