Diluir ya no se puede contemplar

Vertido cero se define como unas acciones previas que permiten no emitir a la atmósfera, cursos de agua y suelos colindantes ningún derivado de la propia actividad

Ingeniero de Montes.

Planta desaladora de Carboneras, Almería.

Cantidad versus calidad, esa es la cuestión. Concentrar el impacto de nuestra actividad, es desde tiempo atrás modus operandi de la mitigación del mismo, en base a normativa legal establecida por las autoridades reguladoras competentes.

Sabemos el impacto de elementos en nuestra vida cotidiana, si bien la interacción de estos entre sí, ya es más complejo incluso de estudiar. Vertido cero se define como unas acciones previas que permiten no emitir a la atmósfera, cursos de agua y suelos colindantes ningún derivado de la propia actividad.

La gestión de esta actividad empresarial bajo estas premisas ha de ser primada por la sociedad, clientes y autoridades, pues provocan un ahorro inmediato en los impuestos no necesarios a destinar a este fin. La asunción voluntaria supone una responsabilidad incluso ante las generaciones futuras, también valoradas por el mercado alternativo de inversión.

Esgrimir la falta de competitividad no puede ser a cambio de nuestra salud y del planeta, empeorando la calidad del aire, agua y suelo, y por ende una huida hacia ninguna parte. Salmuera de desaladoras y lavados de minería son ejemplos no asumibles a la dilución.

Ya no llueve repartido en el tiempo, el aire urbano no se limpia, pululando virus y bacterias por todas partes, y los suelos arenosos dejan de tener el valor agronómico sin materia orgánica ni agua garantizada.

Una manera asumida desde tiempo atrás ha sido el diluir para descontaminar – hacer que algo pierda importancia o intensidad hasta no poderse percibir -, si bien los escasos recursos naturales donde vivimos ya no permite asumir dichos parámetros. Devolver el agua en las mismas condiciones que la tomamos establece la Directiva Europea Marco del Agua, un ejemplo que nos ha de servir de guía. Si creemos fehacientemente, ya no podemos contemplar diluir en base a nuestra sostenibilidad.