De matrícula

Destacar por visión, capacidad de análisis, intuición, en definitiva, el saber, permite dirigir eficazmente en pro del bien común

Ingeniero de Montes.

Yeye, un estudiante brillante.

La Universidad se establece como herramienta necesaria para el progreso de nuestra sociedad. La formación de los futuros líderes dirigentes, una nueva enseñanza impartida en la de Granada.

"No puedes cogerle ni la matrícula", dice un ciclista a golpe de pedalada, viendo que se le escapa el cabeza de pelotón. Destacar por visión, capacidad de análisis, intuición, en definitiva, el saber, permite dirigir eficazmente en pro del bien común. 

La redacción del Estatuto de Autonomía de la Junta de Delegados de Estudiantes, como carta magna, fue su inicio. Su paso por la informática, el conocer la herramienta, si bien la historia le apasionaba, teniendo un espacio de privilegio reservado para él. Un expediente académico de 21 matrículas de honor, digno de reconocimiento público. 

Tiene clara su necesaria aportación social, en la que se habla poco de inteligencia emocional, sobre psiquiatría médica y su evolución histórica en diferentes períodos, mediante su puesta en valor.

Yeye, con sus padres Sara y Kai.

Hasta no hace muchos años el 10, la máxima calificación en una asignatura universitaria, conllevaba la gratuidad en la matrícula de otra asignatura. Posteriormente, se entendió que la educación ha de ser gratuita, no pudiendo ser un contratiempo económico para ningún estudiante ávido de aprender, y se eliminó esa tasa asociada.

Ser una persona de Matrícula es ser alguien singular, Yeye siempre le tuvo fe, un lujo compartir momentos únicos con él, y un honor ser primo de su madre. Grande Moritz.