La alcaldesa de Jerez, Mamen Sánchez, se va a levantar un día con una cabeza de caballo ensangrentada envuelta entre las sábanas. Si no fuera porque –creo- que la regidora no es aficionada a coleccionar equinos aunque rija la ciudad del caballo, no me extrañaría que una de las escenas más famosas de El Padrino pudiera hacerse realidad tras la escalada de violencia que parece no tener fin a raíz del enfrentamiento entre los sindicatos y el gobierno municipal. Porque pintadas en la casa de los ediles es cosa de vándalos, algo impropio de cualquier persona cívica y más aún de trabajadores que representan al Ayuntamiento de la ciudad –sí, los que le ponen las multas y les atienden en las dependencias municipales, por ejemplo-, pero rociar con líquido corrosivo un vehículo es directamente algo propia de la mafia, la Cosa Nostra o la Camorra napolitana.
Es auténticamente vergonzoso, además, cuando todo el mundo sabe que el Consistorio arrastra una deuda que no supera ningún ayuntamiento en España y cuando lo único que se le está pidiendo a algunos sindicatos es que acaben con prebendas injustas que, en el pasado, algún regidor ahora a la sombra hacía y deshacía cual demiurgo en su ciudad-cortijo.
La crisis está haciendo padecer a millones de españoles situaciones injustas que, en el caso de Jerez, son aún más graves que en cualquier otro sitio. Por eso, sinceramente, no creo que ningún ciudadano en su sano juicio pueda entender que quienes se tengan que bajar los pantalones sean siempre los mismos, por ejemplo los trabajadores de las empresas privadas. Se lo dice alguien que ha sufrido un ERE en sus carnes. Un poquito de solidaridad, que diría Emilio de Aquí no hay quien viva, título a pelo con lo que se está cociendo en la casa consistorial.
Entiendo que todo el mundo defienda lo que es suyo con uñas y dientes. Su puesto de trabajo, sus condiciones y su salario. Lo que comprendo menos es que para hacerlo se recurra a métodos propios de Vito Corleone. ¿Qué será la próximo? ¿Una oferta que Mamen Sánchez no podrá rechazar? Prefiero no pensarlo.