Los centros de todas las grandes —y medianas— ciudades comparten problemas similares.
Los centros de todas las grandes —y medianas— ciudades comparten problemas similares. Desde hace años, los centros de las ciudades se perciben como parques temáticos en sí, como consecuencia de la explotación con fines económicos —la puesta en valor, como les gusta decir a los políticos— de sus propios atractivos, desde los artísticos a los gastronómicos, en un mundo en el que las posibilidades turísticas se han multiplicado hasta el punto de que hoy por hoy estamos hablando simple y llanamente de la principal industria española.
El futuro del centro de las ciudades fue objeto de debate el pasado fin de semana en un encuentro en Madrid en el que hubo relevante participación jerezana. La iniciativa europea Vivre la Ville Europe! reunió a asociaciones de vecinos de más de 80 ciudades españolas y de otros países, como Francia, Bélgica, Italia y Portugal. De la jornada se extrae que son tres los grandes problemas que se derivan de la concepción —o contemplación— de estos espacios como parques temáticos, tanto por las autoridades públicas como por inversores privados. Se trata de la turistificación, el ocio nocturno y la gentrificación, factores que, al menos por ahora, no se dan por completo en Jerez.
Por partes. En puridad, no se puede decir que Jerez tenga un exceso de turistas más allá de fechas muy señaladas. Además, la ciudad tiene la peculiaridad de las bodegas, que absorben a cientos de miles de visitantes que solo se ven —y consumen— de manera parcial en las calles. La gentrificación, por ahora, no existe en Jerez. [Al lector menos informado hay que decirle que este fenómeno consiste en la modificación de las condiciones de vida de un espacio más o menos degradado de tal forma que se convierte en atractivo para unas élites sociales y económicas hasta entonces ajenas, lo que lleva consigo, no hay que olvidar, su reverso, que los vecinos de toda la vida terminen por sentirse desplazados de su barrio a medio plazo].
La rehabilitación del centro histórico es una de las grandes asignaturas pendientes del Ayuntamiento y aunque proyectos como la Ciudad del Flamenco podrían haber llevado hacia procesos similares en su entorno, al final este asunto quedó en lo que todos sabemos: nada. En cuanto al ocio nocturno, pues hay zonas y zonas… A veces se hace énfasis en el incordio de la palabra nocturno (plaza Vargas, el entorno del Bereber), pero lo cierto es que tener durante todo el día decenas de mesas de terrazas debajo tampoco resulta agradable, no hay más que ver la existencia de varios inmuebles a la venta en la plaza Plateros…
Los problemas del centro histórico de Jerez son más de base. Infravivienda, falta de actividad económica, falta de planificación, de servicios… Esos son los auténticos problemas de Jerez que le alejan de los problemas relativamente pijos —que cuidado, también son problemas— que pueden esgrimir los centros históricos de otras ciudades.