No te voy a engañar Paco, no me salen las palabras, no era éste el artículo que tocaba esta semana, no tocaba. Esta vez ganó el cielo y perdemos los que nos quedamos sin ti.
Te fuiste demasiado pronto. Tú, que pasaste por la vida haciendo el bien, sin molestar a nadie, viviendo y enseñando baloncesto en San Felipe Neri desde la primera hora de la mañana hasta la última, disfrutando de tu Semana Santa gaditana, de tus fotos, de tus amigos, de tu vida, nos has dejado huérfanos antes de tiempo.
No eras de los más charlatanes, es más, te costaba muchas veces soltar las palabras, como si te costaran dinero (permíteme este pequeño chascarrillo en unos días que serán bastante duros por tu ausencia). Eras más de escuchar, ausente de polémicas y siendo un emblema del baloncesto en el cole y en la ciudad de Cádiz.
Se suele decir de las personas cuando nos dejan que se van los mejores, pero es que no conozco a nadie que pudiera decir una mala palabra de Paco. La bondad en persona, excelente educador y digo educador porque eso es lo que hacía en cada equipo femenino con el que trabajaba. No quiero imaginarme cómo estarán todas tus niñas, nadie como tú y con tu paciencia para sacar lo mejor de ellas y aguantar lo que se tiene que aguantar en esas edades tan complicadas.
Egoístamente me hiciste mucho bien Paquito, nunca hubo algo que te pidiera y estuviera en tu mano en el que no me ayudaras. Y lo ilusionado que estabas con que mi Manuela empezara este año a entrenar baloncesto, sé que desde arriba la guiarás por el buen camino.
Ya te echo de menos Paco, el de baloncesto, el del colegio San Felipe Neri, mi amigo Paco Sanz, que ya estará en el cielo entrenando con su equipo de angelitas. DEP.