We are back. La pandemia del Covid-19 y el destape de la gran mentira neo-liberal de la derecha en la crisis financiera del 2008, han impulsado la “ola roja” europea, pero todavía tenemos por delante grandes retos a los que hacer frente para consolidar la fuerte irrupción de la socialdemocracia.
Era insostenible a largo plazo. La derecha mintió a Europa entera en la crisis anterior con tal de llegar al poder. Con la crisis del 2008, la derecha más populista adoptó un discurso ultranacionalista sembrado de odio y discordia, que por desgracia, pareció calar entre los europeos. Se creyeron que saldríamos de la recesión con las fórmulas de recortes y austeridad, lo que devino en una recuperación más lenta y sobretodo más injusta; ya que la debilitación de las políticas sociales trajo consigo un empeoramiento de la situación de las clases más desfavorecidas, mientras que la clase adinerada llenaba sus bolsillos aún más con la privatización de entes esenciales.
La corrupción en algunos países, el hartazgo social en muchos otros, nos ha ido devolviendo a los socialistas los principales gobiernos europeos. Esa es la realidad que se niegan a admitir, el S&D ha recuperado, desde la ola azul, los gobiernos de Alemania, España, Portugal, Dinamarca, Malta, Noruega, Suecia, Finlandia, Albania y Macedonia del Norte. Además de liderar las encuestas en Italia, Inglaterra y Austria, que son cuestión de tiempo. Se escribió mucho sobre la “crisis de la socialdemocracia” cuando los partidos del EPP ganaban comicio tras comicio, pero no parece tener esa misma importancia que hoy el socialismo los esté borrando del mapa uno a uno.
Sin embargo, sería un error creer que la ola roja es imbatible. Si algo nos ha enseñado la historia política europea, es que la derecha en la oposición sabe crear inestabilidad y descontento para después transformarlo en votos. De ahí el objetivo de este artículo, plasmar los que son, en mi humilde opinión, los grandes retos para consolidar el resurgir del socialismo europeo.
1. Fidelizar el voto de los trabajadores: Cuando un partido izquierdista llega al poder, tiene que ser de la mano de los trabajadores. Está más que claro que las masas populares son mucho más propensas a votar a la izquierda (lógicamente) que las clases adineradas. Los gobiernos socialistas tienen que darles de aquella esencia trabajadora del socialismo, mejorando sus condiciones de vida y construyendo un fuerte Estado del Bienestar. Esto les alejará del discurso nacionalista donde el inmigrante y los factores sociales son los únicos responsables de su situación. Alejarles del discurso de la derecha con medidas que de verdad aumenten su nivel de vida será clave para la consolidación del voto trabajador, principal sustento de los gobiernos de izquierdas.
2. Dar estabilidad al escenario político: La estabilidad es algo premiado electoralmente, está más que demostrado. Los socialdemócratas y socialistas tienen una oportunidad de oro para otorgar liderazgos fuertes y consolidados a una Europa en crisis por la inflación y los precios de luz y gas, y en guerra Rusa-Ucraniana. En tiempos difíciles, los liderazgos se premian; y si los gobiernos de izquierdas saben aprovecharlo, podría ser el principio de una generación roja en Europa.
3. Salida justa de la crisis: Si los gobiernos del S&D consiguen marcar las diferencias con el EPP en torno a cómo se sale de las crisis, aumentando el gasto para impulsar políticas sociales que consagren una salida justa de la crisis derivada del Covid y la guerra de Putin; los socialdemócratas habrán sembrado confianza y tranquilidad a la ciudadanía, además de tener el argumento de la comparación del modelo neo-liberal del 2008 y del socialista en 2020. Los hechos y los datos hablarán por si solos.
Por ahora, el EPP tiene 14 gobiernos, el S&D 12, pero todo indica que tras perder Austria y los socialdemócratas recibir de ECR el gobierno inglés, el S&D alcanzará los 14 gobiernos (cifra que hacía años que no se alcanzaba) y el EPP se verá renegado a la segunda posición, lo que hacía años que no ocurría.
Una Europa más justa y solidaria es posible. Sorpassar al EPP es posible. Otro modelo para nuestro continente basado en justicia social e igualdad de oportunidades es posible. El futuro lo decidirán los europeos, el S&D ya está haciendo su parte.
Comentarios