Programas especiales en torno a Lola Flores, libros y hasta una camiseta del Xerez Deportivo FC en honor a La Faraona, la folclórica jerezana conocida en el mundo entero y símbolo de la cultura popular del franquismo. Hasta el propio presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, se ha hecho una foto con la camiseta del Xerez para homenajear a la artista que le ha valido miles de ‘me gusta’ en redes sociales. Nos venden a Lola Flores como una mujer adelantada a su tiempo, feminista y hasta pionera en conquistar derechos para las mujeres. Nada más lejos de la realidad.
Que una mujer se empodere no la convierte en feminista, porque el feminismo va de empoderar a todas las mujeres y no sólo a unas pocas. Lola Flores fue, junto con su íntima amiga Carmen Sevilla, una radical propagandista del régimen franquista. La libertad de la que gozó Lola Flores, que incluso presumía de haber llegado a abortar, era un privilegio por estar cercana al franquismo. Es falso eso que dicen de que no pudo hacer otra cosa. Hubo folclóricas que hicieron carrera artística y se plantaron ante el franquismo.
Pepa Flores, conocida como Marisol, era artista y se plantó frente al franquismo, llegando a militar en el Partido Comunista y defendiendo la libertad y la democracia frente a la dictadura. Conchita Márquez Piquer rechazó que el régimen se quisiera apropiar de la figura de su madre. La propia Rocío Jurado llegó a declararse feminista y a defender a los homosexuales. En el franquismo hubo folclóricas que pudieron vivir de otro modo, sin ser propagandistas del régimen.
No hacía falta ser revolucionaria para ser decente. Lola Flores llegó a defender la pena de muerte y presumía de lo bueno que era el franquismo, hasta llegó a llorar emocionada delante del dictador en una recepción oficial. Sin contar que, ya en democracia, le robó a los españoles, porque cuando alguien no paga a Hacienda le está robando al pueblo. Lo que los ricos no pagan a Hacienda lo tiene que pagar el común de los mortales. Y encima tuvo la cara dura de pedirle a los españoles que le pagaran su deuda con Hacienda. Con mucho desparpajo, eso sí, que a los pillos siempre les sobra desparpajo.
Una persona que defendió la pena de muerte y que aplaudía, en público y en privado, a un régimen que asesinaba, encarcelaba, torturaba y mandaba a los españoles al exilio nunca puede ser ni feminista ni queer ni digna de homenajes en nombre de la libertad. "Es que venía de abajo", te dicen para justificarla y querer convertirla en referencia popular. Venir de abajo no vale de nada si no defiendes a los de abajo. Venir de abajo no es una patente de corso para legitimar a quienes defienden valores y principios que van en contra de los de abajo.
El franquismo fue muchas cosas, pero sobre todo fue una élite económica que humilló a las clases populares de nuestro país, que las envileció, empobreció y llevó hasta la miseria más absoluta mientras los de arriba vivían a todo trapo, en fiestas donde Lola Flores era la palmera. El flamenco es el arte de los de abajo para cantar sus dolores y alegrías y Lola Flores lo usó para reírle las gracias a los de arriba. Lo que cambia el mundo no es de dónde venimos, el apellido que tenemos o dónde vivimos, sino adónde queremos llegar, si quieres llegar tú solo o pones tu cuerpo y las herramientas para que llegue todo el mundo.
Si la libertad no se defiende para todos y todas, entonces es un privilegio. Nos quieren vender a Lola Flores como un icono pop, como si fuera Frida Kahlo, la Pasionaria o Evita. La verdad histórica no se puede blanquear ni con desparpajo. Lola Flores fue la gran propagandista de un régimen franquista que asesinaba, torturaba, encarcelaba y mandó a muchos españoles al exilio. Perdón a quienes están haciendo mucho esfuerzo y gastando dinero para que creamos que Lola Flores fue una precursora del feminismo popular y de la libertad.