¿Quién dijo que el Rock & Roll estaba muerto? Lo han intentado asesinar tantas veces que decidió hacerse inmortal. Prueba de que este género musical sigue vivito y coleando fue el evento del tercer aniversario de The Rock & Roll Club de Jerez.
El pasado sábado, dicho club organizó una jornada de convivencia en la Sala Paddock; ludoteca, barbería vintage, food truck, mercadillos, y muy buen ambiente, todo ello, girando alrededor de la música. Yo estuve allí y fui testigo del ambiente rockero que se pudo respirar entre los asistentes. Este club, al cual pertenezco, nació hace tres años con la idea de promocionar el Rock & Roll mediante conciertos y eventos varios. Más de cien socios y socias que forman ya una gran familia.
Me centraré, resumidamente, en el festival. Llegué tarde, porque vivo en la sierra y, entre unas cosas y otras…, a eso de las cinco de la tarde crucé el umbral de Paddock y me encontré una terraza muy acogedora donde había varios stands, con la música de fondo de, si no recuerdo mal, Little Richard. Me di una vuelta por los puestos, no sin antes haberme pedido mi correspondiente cerveza, y me encontré con la buena gente del Rockers Club de Ubrique, también había representación del club sevillano Rockin' Swarm y de Fly Riders de Algeciras. Cuando pasé al interior de la sala de conciertos, recién comenzaban a tocar The Radions. Toda una descarga de energía a ritmo de buen rockabilly (muy bien escenificado), eso era justamente lo que estos andaluces estaban ofreciendo en aquel momento al público asistente, que no dejó de mover las caderas.
Entre concierto y concierto, la gente salía a la terraza a airearse. La tarde-noche era perfecta, tanto en lo meteorológico como en lo musical. Después de un refrigerio y unas charlas apresuradas, la siguiente actuación. Allí, sobre el escenario, apareció ella, la diva holandesa Sue Moreno, que brillaba desde su altura con luz propia. Actriz, modelo y cantante, su actuación, acompañada por los Kaw Ligas, se podría definir con dos palabras: sensualidad y clase sobre las tablas. Templó y puso medios tiempos al ambiente, bastante caldeado por la actuación anterior.
Cuando concluyó Sue, todo el mundo a cenar algo y a coger fuerzas para el plato fuerte del festival, nada más y nada menos que los míticos The Jets. Tres hermanos guiris con 15 álbumes a sus espaldas y actuaciones por todo el mundo, compartiendo escenarios con leyendas como el ex Beatle Paul McCartney, o los gloriosos Led Zeppellin. Desde la primera canción hasta los bises, la gente no paró de disfrutar del espectáculo. Estos ingleses, que vienen celebrando sus cuarenta años de carrera musical, despidieron la noche por todo lo alto. Un lujo haberlos tenido en Jerez. Además, no me olvido (imposible hacerlo) de la participación de tres grandes en la cabina: Mr. Scooby, Miquelo DiBari y Wildcat, que nos hicieron recordar los grandes temas del género.
The Radions en el Rock & Roll Club.
Entre el público, pude divisar a Juan Francisco Vega, guitarrista y cantante de los Rocking Bumpers, banda jerezana que descubrí en el Rocky Valley Fest de Ubrique, en aquella ocasión pude comprobar su buen hacer, con estupendas versiones que iban desde Johnny Cash a Elvis, pasando por otras muchas figuras. También me encontré por allí a Alba, la cantante y guitarrista de La Perra Blanco, todo un descubrimiento, un trio lleno de fuerza y frescura que, sin duda, viene a revitalizar el Rock & Roll.
En fin, lo que les contaba al principio, que el Rock & Roll, con todas sus variantes posibles, está muy vivo, y sigue, como siempre, rebelde, salvaje y con ganas de revolución.
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