Nuestro Padre Jesús del Consuelo es una talla anónima del siglo XVIII, titular de la Real, Fervorosa, Piadosa y Mercedaria Hermandad del mencionado titular en el desprecio de Herodes, Madre de Dios de la Misericordia (madre del Transporte) y San Cristóbal mártir. La hermandad es llamada popularmente como Hermandad del Transporte, pues fue creada en 1952 por el gremio de transportistas de Jerez y tiene su sede en el actual Convento de la Merced calzada de Jerez, procesionando el Domingo de Ramos.
Por dos documentos existentes en el Archivo Municipal de Jerez (AMJF), sabemos que la talla de Jesús del Consuelo ya existía en 1843 pero bajo la advocación de “El señor de la Bofetada”. En concreto, existe un inventario del Convento de la Merced tras su desamortización en 1836 (AMJF, libros de Beneficencia y Sanidad, Tomo 184, Papeles varios) donde se le denomina con su primitiva advocación. El documento en cuestión aparece también junto a otros documentos relativos a la Desamortización en Jerez, como el inventario del Convento de San Juan de Dios en 1838, o datos relativos a la fundación de un Hospicio en 1832 por D. Damián de Goñi.
En dicho inventario, se puede leer “Primera capilla de la izquierda... dos efigies de escultura de San Pedro Armengol y Santa Bárbara; en el nicho de en medio principal colocadas dos efigies de vestir de Nuestro Padre Jesús de la Bofetada y Nuestra Señora de la Soledad…”. Sin duda, Nuestro Padre Jesús de la Bofetada hace relación al actual Jesús del Consuelo.
La Virgen de la Soledad que la acompaña pudiera ser la titular del mismo nombre, realizada en 1800 por José Fernández Pomar, cuya sede canónica residía en el Convento de la Victoria. Tras desamortizase el Convento de la Victoria este quedó cerrado y abandonado hasta su venta a la familia Pernía. Es probable que fuese trasladada provisionalmente a la Merced, pues al convertirse en hospital público su iglesia mantuvo el culto. Sabemos que la Virgen de la Soledad también residió durante algunos periodos del siglo XX en Santiago por obras en su sede canónica de La Victoria.
Otra copia de dicho inventario también está recogido en las Memorandas del Archivo Municipal (AMJF, Memoranda nº 12, pp. 113-123) bajo el título de “Primer inventario de los Sres. Capellanes”, firmado el 7 de septiembre de 1843. Se vuelve también a llamar a Jesús del Consuelo con su primitiva advocación como Nuestro Padre Jesús de la Bofetada.
La talla de Jesús del Consuelo, de candelero o vestir, representa a un Jesús sereno, con la cabeza levemente inclinada hacia un lado y las manos cruzadas y atadas con una soga. En su mejilla izquierda presenta un fuerte golpe, enrojecido, fruto de la bofetada que le ha sido propiciada y que marca el principio del gran suplicio físico que iba a padecer Jesucristo.
Aunque la cofradía muestra a Jesús ya ante Herodes Antipas, rey de Judea, en realidad el trasunto bíblico de la bofetada fue anterior. Tras ser prendido en el Huerto de los Olivos, Jesucristo fue llevado primeramente ante Anás, sacerdote y suegro de Caifás, quien le preguntó sobre su doctrina y sus discípulos. Tras la primera respuesta de Jesús, un guardia le asestó una violenta bofetada al considerar la respuesta inadecuada, dejándole la cara marcada. Este hecho marca el principio del enorme castigo físico que sufriría Jesús. Es precisamente este asunto bíblico lo que representa Jesús del Consuelo. (Juan 18: 19-24). Posteriormente, sería llevado ante Caifás, que lo acusaría de blasfemo, mandándolo a Pilato, quien lo envió a Herodes por ser Jesús galileo. Herodes se burla despreciativamente de Jesús, hecho que escenifica el paso de misterio de la cofradía.
Recientemente, el historiador doctor José Manuel Moreno Arana, tras la reciente restauración de Jesús del Consuelo por Ismael Rodríguez-Viciana Buzón, ha verificado en un artículo en un medio local de Jerez su antigua advocación como “Señor de la Bofetada” (Diario de Jerez, 23 de enero de 2024). Asimismo, en su estudio tipológico descarta la tradicional atribución de la talla a Pedro Roldán o a su círculo y recalca en su estilo las influencias genovesas que lo acercan a su posible autoría por Jacome Vacaro.
Las apreciaciones de Moreno Arana parecen correctas. Tampoco sabemos si esta figura guardaba relación con la Virgen de la Soledad, talla cercana en el tiempo, con la que aparecía expuesta en 1843 compartiendo el mismo nicho en el mismo retablo de la capilla de los Riquelme o del Sagrario del Convento de la Merced. Sin duda, Jesús del Consuelo responde a un tardobarroquismo propio del siglo XVIII donde se observan ya las influencias clasicistas que huyen de la excesiva exaltación y dramatismo del barroco anterior, y las formas se serenan por influencia de las corrientes neoclásicas que acabarán imponiéndose por influencia de las academias.