Jorge Javier Vázquez, en una imagen de archivo.
Jorge Javier Vázquez, en una imagen de archivo.

En primer lugar quiero decirte que escribo esto desde el respeto. Me pareces un profesional de la televisión. Tuve la oportunidad de entrevistarte hace años y te vi conducir un programa de Sálvame en vivo y en directo. El manejo que tienes de los platós, del público, de los colaboradores, tu rapidez y tu ingenio me resultan fundamentales para alguien que presenta programas de gran envergadura en una de las cadenas más importantes de nuestro país.

Pero últimamente hay situaciones que se te están yendo de las manos, al menos así lo percibimos muchos espectadores. Está bien que expreses tu opinión con respecto a determinados temas. Pero cuando se trata de algo relacionado con el machismo estás llegando a un punto que no es propio de alguien con cultura ni de alguien que entiende la magnitud del medio en el que trabaja. Nos estás haciendo un flaco favor a las mujeres y también a los hombres que luchan con nosotras. No sé si de forma consciente o inconsciente, si con alguna intención o con ninguna o si simplemente no sabes expresar lo que realmente quieres defender. Pero sea como sea, el resultado es lamentable.

En la gala del pasado jueves, cuando la madre de uno de los concursantes te pidió que si sentías que tenías que pedir disculpas por la bronca que le echaste las pidieras y dijiste que no, fue una tremenda decepción. Estoy de acuerdo en que no tenías que pedir disculpas por haber abroncado a Alejandro Albalá por tener gestos machistas hacia la que fue su novia. De hecho estuvo bien que le reprendieras (tus palabras fueron algo exageradas pero mejor eso que nada). Pero en ese momento tenías que haber pedido disculpas por tu doble vara de medir. No se puede tratar un tema tan delicado como este con diferentes posturas dependiendo de si te une más o menos amistad o si tienes más o menos empatía con la persona que protagoniza hechos repugnantes. Llámese Alejandro Albalá, Antonio Tejado o Suso, la importancia de sus actos es la misma.

Por eso, qué menos que reconocer que en ocasiones te has equivocado, que no has tratado a todos por igual, que has dado cero importancia a comportamientos que la tienen y que hay que denunciar. Y más en un programa que ven los jóvenes y que puede llevar a la imitación. Tú que lo has pasado mal en algunos momentos de tu vida, lo has contado y lo has relatado en tu libro, deberías empatizar con quienes son víctimas de posturas tan extremas. Deberías empatizar con las mujeres y hombres que son víctimas del machismo, con las mujeres y hombres que defienden el feminismo. Deberías ser consciente de que el hecho de que un hombre utilice un espejo para mirar por debajo de la falda de una mujer sin que ella se dé cuenta es repugnante.

Lo mismo que cuando un hombre habla de la ropa que debe o no llevar una chica. O no aprobar según qué miradas y tocamientos. No deberías premiar que un concursante machista genere audiencia y por tanto felicitarle por el concurso que ha hecho cuando este ha estado basado en los límites. Que sí, que Gran Hermano es entretenimiento, que un programa mide su éxito por sus datos de audiencia. Pero precisamente este reality va más allá. Es un reflejo de la sociedad y un escaparate peligroso. Gracias a tu defensa del machismo o a la normalización de ciertos hechos, porque así es como muchos lo percibimos, hay quien se puede escudar en tus palabras y no reconocer o no darse cuenta de su actitud. Con tu defensa tienen el argumento perfecto para escudarse y justificar lo injustificable.

Probablemente no leas esto y en caso de que lo llegues a leer no te haga reflexionar lo más mínimo. Pero siento la necesidad de expresarte (repito que lo hago con todo mi respeto) la importancia que tienen tus palabras y tus silencios. Ojalá algún día expliques por qué a unos sí y a otros no. Quizá si no lo has hecho hasta ahora es porque no tienes en qué escudarte y en el fondo sabes que te estás equivocando. O eso quiero pensar.

Cuando estás en lo más alto, presentando uno de los programas más importantes de la televisión, es difícil dar un paso atrás. Pero sería lo mejor. Para la audiencia y para ti. En Sálvame y Supervivientes tienes tu sitio más que merecido. Conduces estos programas como nadie. Pero en Gran Hermano no, y si a esto añadimos todo lo anterior, lo mejor sería una retirada no demasiado tardía.

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