Hace unos días se celebró en Sevilla el desfile de las Fuerzas Armadas. Además del desfile central, durante varios días hubo numerosos actos en la ciudad relacionados con este tema. Demasiados. Tanto por tierra, como por agua, como por aire. En la calle, en el río o incluso en lugares emblemáticos como la plaza de toros. ¿Qué necesidad hay de que haya un día para homenajear a las Fuerzas Armadas a estas alturas? Y por si esto fuera poco, ¿qué necesidad hay de realizar una inversión tan grande en esta celebración? Este acto, por muy tradicional que sea, resulta arcaico y absolutamente innecesario.
Ensalzar así a los cuerpos que pertenecen a las FFAA es cuando menos del siglo pasado. No se trata de dudar de su su relevancia. Siempre han formado parte de la historia de nuestro país, eso es innegable. Incluso a la hora de llevar a cabo algunas labores solidarias son fundamentales. Pero hoy en día no hay que glorificar la labor de un ejército de esta forma tan desproporcionada. Quienes trabajan en este sector realizan una labor significativa. Pero no más que quienes trabajan en otros sectores que resultan fundamentales hoy en día.
Organizar un acto como el que se celebró en Sevilla el pasado 1 de junio implica un gasto considerable de dinero público. Eso además de cortes de calles tan molestos como cuando se celebran otros eventos que ensalzan demasiado a algunas figuras que hoy en día no merecen tanto. Esto también implica un despliegue de cuerpos de seguridad que no tiene sentido. Y tampoco se puede negar que detrás de todo esto hay algo propagandístico. Si no, ¿qué intención tienen estos actos? Que el Estado haga esta exaltación es en gran medida pura propaganda. Es egocentrismo y regodeo.
El día de las Fuerzas Armadas debería ser uno más, como tantos otros. Como el día del Maestro, el día del Médico o el día de la Policía entre otros. Sectores en algunos casos públicos que hacen mucho más por la sociedad actual que las FFAA y que cuentan con menos reconocimiento tanto a nivel social como económico. Esos sí que son los tipos de trabajo de servicio público que se deberían ensalzar hoy en día. Sin estos sí que no somos nada, no evolucionamos. Hay tradiciones que por muy tradicionales (valga la redundancia) que sean, deberían desaparecer. Y este desfile es una de ellas.
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