La Inquisición fue santa y no mora

Sebastián Chilla

Jerez, 1992. Cuento historias y junto letras en lavozdelsur.es desde 2015. Periodista y profesor de Historia. 

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¿O es que ahora ni hay ni hubo fundamentalismos en el seno del cristianismo? ¿Acaso eso de matar en nombre de Dios es nuevo?

La (Santa) Inquisición fue santa y no mora. Sí. Y las cazas de brujas, también cristianas, existieron en toda Europa. El Ku Kux Klan, en el corazón de la primera potencia mundial y hace tampoco mucho tiempo, los Guerrilleros de Cristo Rey, en este país de pandereta. ¿O es que ahora ni hay ni hubo fundamentalismos en el seno del cristianismo? ¿Acaso eso de matar en nombre de Dios es nuevo?

No hace falta salir de casa para ver que el odio se está instalando en la sociedad española, todavía más a raíz de la vuelta del terror a nuestro país. Basta con abrir alguno de los periódicos digitales de tirada nacional y leer los comentarios con más votos a favor. ¡Qué cruz! Y lo peor: unos medios de comunicación, en algunas ocasiones, dando a entender que esto es una cruzada contra el Islam y alentando al sensacionalismo, con un periodismo de muy mal gusto, sin respetar a las víctimas, como muy bien ha criticado y expuesto, hace unos días, uno de los periodistas que hacen posible lavozdelsur.es. ¡Imagínense que informaran de esa forma cuando se habla de los supremacistas blancos en Estados Unidos o del propio Ku Kux Klan, muy cristianos todos ellos! Pero los medios ignoran, sin embargo, que la grandísima mayoría de las víctimas de los atentados de carácter yihadista son musulmanes y que estos ocurren en mayor parte en países de tradición islámica o que, en otro orden de cosas, desde hace muchísimos años, el bloque occidental financia y ha financiado actividades subversivas de estos grupos y/u otros relacionados, sin cobertura mediática.

¡Pero no le pidamos peras al olmo! Lamentablemente vivimos en un país (y en una Europa y un Occidente, muy a mi pesar) de pacotilla. Una mínima parte del mundo, de tradición cristiana, a la que no le basta con haber saqueado durante siglos al resto de nuestro planeta, sino que quiso y quiere seguir imponiendo (¿dónde estás, relativismo cultural?) una única forma de entender las cosas frente a la paz de los pueblos. Y a los que la defendemos, se nos tacha, despectivamente, de “progres” e incluso hasta de “cómplices”.

Lo que más duele es cuando uno ya llega a ver comentarios hasta en nuestra tierra este tipo de argumentos, negando incluso nuestro pasado andalusí e ignorando, sin ningún tipo de reparos, nuestro rico legado islámico y judío. ¿Qué intereses hay detrás de esta cruzada contra la multiculturalidad? ¿Por qué tenemos que creernos ese cuento impuesto desde lo más rancio de Occidente de una Europa blanca y cristiana que recuerda mucho al discurso del odio que nos llevó a la Segunda Guerra Mundial? ¿Por qué tenemos que tragar con una sociedad que apenas condena al nacional-catolicismo, la ideología que vertebraba la dictadura de Franco, y que ahora no tiene problemas en cargar, directa o indirectamente, contra la libertad de culto?

En estos tiempos tan complicados, debemos tender la mano hacia nuestros hermanos musulmanes y recordar, a los catetos e ignorantes que despotrican contra ellos, que son 1.500 millones y que, como cualquier otro ser humano, tienen derecho a profesar la fe que deseen, también en mi país. Y luchar, por otro lado, contra la lacra del terrorismo sin perder el norte. Para empezar, preguntándole a nuestros gobernantes (y a nuestros reyes) el por qué de sus chanchullos con algunos gobiernos de la península arábiga y de su connivencia a la hora de condenar los crímenes que estos cometen junto a su polémica relación en la financiación de Daesh y del terrorismo yihadista. Sí... ¡¿por qué?! ¿A qué cruzadas estáis alentando? ¿Por qué tenemos que abandonar el diálogo entre civilizaciones? ¡¿Qué estáis buscando, canallas?!

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