Turismo de aventuras en intramuros Jerez: el 'yacimiento' de Riquelme, antes que Asta Regia

El chiste de Riquelme emborrona todo lo demás porque, al final, la anécdota siempre es más jugosa para titular, pero hace casi ocho años que el centro histórico no tenía un plan tan real y definido, aunque fíe casi todo al sector turístico

Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Director de lavozdelsur.es entre 2014 y 2024. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

Vista aérea reciente del conjunto del Palacio Riquelme, en el que se aprecia el derrumbe reciente en esta joya del Renacimiento. CANDELA NUÑEZ

Con todas las medidas de seguridad, avanza la Delegación de Cultura que se llevarán a cabo las visitas a las ruinas del Palacio de Riquelme, ese yacimiento en el intramuros de Jerez que, a falta de proyecto de recuperación, se exhibirá como galería de la degradación del patrimonio monumental jerezano.

La feliz idea no se sabe si es improvisada o lleva tiempo pergeñándose, como tampoco se sabe si, como en toda obra o en inmueble con riesgo de colapso, se ofrecerá un casco a los visitantes. Lo que sí es seguro es que la iniciativa municipal, desde luego, ha tomado la delantera al otro yacimiento visitable prometido durante años: Asta Regia. 

El Ayuntamiento de Jerez, en todo caso, amplía así su oferta de turismo de aventura, a falta de un buen plan para los Montes de Propios. El programa, según se anuncia ya en Diario de Jerez, empezará a finales de enero. Se une a otras emociones fuertes como viajar en casi cualquier línea de autobús urbano (o esperar a que llegue en alguna marquesina desvencijada) o algún escape room en barriadas históricas.

Y todo, como si fuera una broma que lamentablemente desmerece el ingente trabajo que desde la Delegación de Urbanismo —y las directrices que llegan desde la Alcaldía que preside Mamen Sánchez— se viene haciendo para, aunque sea fiándolo casi todo al turismo, recuperar poco a poco un gran puñado de fincas que estaban o están como si hubieran sufrido un bombardeo.

Las plataformas únicas, las inversiones privadas (especialmente hoteleras), los nuevos equipamientos culturales (Tabanco del Duque, Espacio Lola Flores, Museo del Flamenco de Andalucía...), el regreso del registro municipal de solares y las ventas forzosas, los ambiciosos planes para Santiago... El chiste de Riquelme, ay, emborrona todo lo demás porque, al final, la anécdota siempre es más jugosa para titular.

En el patio del Palacio Riquelme, una de las joyas del patrimonio jerezano, tuvo lugar en octubre de 2015 del llamado Plan Director del Centro Histórico, acto protagonizado por la propia Mamen Sánchez y su entonces delegado de Urbanismo y Cultura, Paco Camas. A este plan le sucedieron en estos años el Plan Más Vida al Centro y el Plan Integral Regeneración Urbana Centro Histórico de Jerez, ya con José Antonio Díaz al frente del despacho del edificio Los Arcos. Sí, las comparaciones son odiosas.

Después de 40 años, todos los gobiernos locales que han pasado por el Ayuntamiento han sido incapaces de cumplir el compromiso de arreglar el Palacio Riquelme —gracias al cual recibieron el palacio por el Ministerio de Cultura—; en 2022, y estando en ruinas, abrirlo como ruina visitable es un despropósito más. No pasa en otros sitios, lo serio es esforzarse de una vez en cumplir con una restauración por fases reales, acordadas y cofinanciadas con la Junta. ¿O con el 2% de los presupuestos por contrataciones de obras públicas que Fomento —el Estado— destina a salvar patrimonio valioso en peligro de extinción? Piensen, piensen... 

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