'Zambombódromo': ¿es (solo) responsable el Ayuntamiento de Jerez de los guarros incívicos?

El debate sobre los efectos nocivos de la masificación y la barra libre en las calles y plazas de Jerez por las Zambombas tiene su ser en la creciente falta de respeto ciudadana a la convivencia en comunidad

Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Fundador y Director General de ComunicaSur Media, empresa editora de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero'.

Queja de la asociación de vecinos del centro histórico tras otro fin de semana nefasto para la recientemente reurbanizada plaza del Arroyo en Jerez.

He bajado antes de las siete de la mañana por la calle Francos, Almenillas, Juana de Dios Lacoste, Cuesta de Orbaneja, Plaza Peones, Plaza del Arroyo... El camino ha sido sinuoso, esquivando ríos de orina, viendo como los restos de cubatas y otros caldos quedaban en los alféizares de las ventanas. Lo de la Plaza del Arroyo era una auténtica pocilga. Era raro que no reventaran lo que tanto nos costó reurbanizar. En idéntico camino, los operarios de la limpieza mantenían una lucha cuerpo a cuerpo contra los detritus de la larguísima noche anterior.

Da igual, no hay zona del centro que escape, desde hace años, a estas imágenes de la vergüenza. Antes no había redes sociales, pero ya limpiábamos orines de la casapuerta los domingos por la mañana en la plaza Silos. Allí mi abuela limpiaba la puerta de la calle cada día para que luciera bien escamondada para todo viandante que cruzara. Mi abuelo era el que blanqueaba la fachada, bien reluciente de cal. Entonces, cuando yo era chico, esto era lo habitual, no había apenas esos servicios públicos de los que gozamos ahora, pasaba un barrendero de cuando en cuando y poco más, y la basura no se recogía en domingo. 

¿No podemos ser más cívicos? ¿No podemos de algún modo dejar limpio aquel espacio público en el que disfrutamos? Parece que no, parece que por más refuerzos, más papeleras, más operarios de limpieza, más urinarios públicos..., los guarros se empeñan en ser más guarros. ¿No podemos imitar un poco a los japoneses? Esa cultura, ejemplo mundial de civismo, que viene a empaparse de nuestro flamenco sin tirar un papel al suelo, donde el interés colectivo pesa más que el interés de uno mismo, Nos enseñan desde las escuelas a que el lugar por el que uno pasa debe quedar igual o mejor que nos lo encontramos, pero parece que no es posible o que, de adultos, desinhibidos por el alcohol, se nos olvida todo lo aprendido.

Esto ya no va de Zambombas de corte tradicional o versión show navideños, romances vs. aflamencamiento, Bizarrap o Parrilla de Jerez. Esto ya no es si turismo sí, que sí, o turismo no. Esto va de conciencia personal y de si hay que promover o propiciar lo que sería insoportable para nosotros mismos a la puerta de nuestras casas.

Y esto va de cochambre y cochambrosos, de incívicos y cívicos. Civis significa en latín ciudadano. El civismo, por tanto, "constituye el conjunto de cualidades que permiten a los ciudadanos vivir en la ciudad respetando unas normas de convivencia, unas reglas de juego y unos derechos básicos". Pero eso, por desgracia, rara vez sucede. Lo extraordinario es la imagen que debiera ser ordinaria. Da igual la fiesta, da igual el evento en el espacio público, siempre esa misma imagen devastadora, espejo deforme de una sociedad individualista e infantilizada, impaciente y caprichosa. 

Es una pena ver la bonita plaza del Arroyo regada de papeles, latas, vasos... suciedad acumulada; y con unas jardineras enfangadas tras haber sido reventadas por guarros incívicos. Elementos públicos que ahora, entre todos, con nuestros impuestos, repondremos, al igual que eliminarán, gracias a los trabajadores que nos quitan las mierdas, lo que hemos sido incapaces de llevarnos a una papelera o a un cubo de basura. ¿Toda la culpa es del Ayuntamiento, de nuestros gobernantes? ¿De verdad alguien cree que una ordenanza a la vuelta de Reyes acabará con estos efectos perniciosos que a muchos abochornan y/o crispan estos días? ¿No tenemos nada que ver con esas imágenes que tanto censuramos y reprobamos en las redes sociales sobre la peor cara de las Zambombas, los Zambombódromos? Sigan disfrutando...