El Cádiz CF arranca la segunda parte de la liga del año 91 sin entrar en puestos de descenso, sin embargo, entraría de llenos tras encadenar unos malos resultados.
Viene del artículo anterior: La última salvación (I)
Al inicio de la segunda vuelta, se trae un importantísimo punto del Santiago Bernabeu, estadio de donde muy pocos equipos pudieron arrancar algo positivo. Se vence al Logroñés en Carranza y le siguen tres empates a uno, pero, a pesar de lo cual, la distancia con el Español, primer equipo en puestos de descenso, no se reduce, sino más bien al contrario; el equipo perico comenzaba a remontar el vuelo tras muchas semanas en zona roja, y mientras el Cádiz empataba, ellos ganaban, y ya tenían a tiro a los cadistas, con quien se enfrentarían en la jornada 26 en el Sarriá. El Cádiz cae derrotado por 3-1 y se intercambiaría su puesto en la clasificación con su vencedor. Por primera vez, y se había aguantado muy bien, se caía a puestos de descenso, pero salir de allí no iba a resultar tan fácil.
En parte, por la fatiga y el estado anímico, y en otra parte, por lo complicado del calendario; Zaragoza, At.Madrid, Valencia o Barcelona se ceban con los amarillos, que sólo pueden vencer al Oviedo con una gran actuación de Tilico, y en cambio ve como se les escapa la victoria ante Osasuna en el último minuto y tampoco pasan del empate sin goles ante Real Sociedad y Tenerife.
Con la derrota en Carranza ante un Barcelona lanzado en persecución del Real Madrid por el título, el conjunto de la Tacita de Plata caería, por tercera vez desde que entrara en puestos de descenso, al último lugar de la tabla, y en la siguiente jornada había que visitar al Valladolid, un equipo con trayectoria descendente, a la inversa que el Español, y uno de los rivales directos en esa pelea por la salvación.
Se apela al orgullo y a la lucha en el campo. Y a los ocho minutos, Tilico sorprendía a la zaga vallisoletana al cazar un remate tras en centro. Sin embargo, el Valladolid remontaría mediada la segunda parte. Los minutos van pasando, se llega al noventa, y ya estamos en el descuento (en aquella época no se mostraba pizarra ni se sabía cuántos minutos se iba a alargar el partido) cuando un mal balón despejado por la defensa local, que de voleón a medio del campo se convirtió en balón en bandeja de plata a Tilico, que andaba por allí, éste la enchufa, rechaza el portero Ravnic, pero la pelota le llega de nuevo al brasileño, que vuelve a romperla, colándose esta vez por debajo del larguero.
Con cuánta fuerza festejaron muchos cadistas este gol, cuando parecía un partido perdido. Se seguiría una semana más en descenso, pero se habían insuflado nuevos ánimos; los Valladolid y compañía no eran peores que el Cádiz. Y esos ánimos se vieron recompensados con hechos; en la siguiente jornada, se lograría un importantísimo triunfo en casa ante el Athletic, con gol logrado, cómo no, por Tilico. El Barcelona se merendaba al Valladolid (0-6) y el Mallorca caía ante el Español (3-2), y con esto,el Cádiz lograba salir de los puestos de descenso diez jornadas después! Sin embargo, todavía no estaba nada resuelto, y había que visitar el Pizjuán. A pesar de que el Sevilla no se juega nada, el Cádiz sólo consigue empatar sin goles.
No obstante, el Valladolid vuelve a perder, en San Mamés ante un Athletic que necesitaba espantar el fantasma de la promoción de una vez por todas, manteniéndose de esta forma los pucelanos dos puntos por debajo del Cádiz, y sí, el Mallorca sí que gana, ante la Real Sociedad, poniéndose igualmente a dos puntos de los amarillos. Esto significaba que al Cádiz le hacía falta un punto en la última jornada, en casa, hicieran lo que hiciesen baleares o pucelanos, para salvarse del descenso directo. Pensando en la carambola del pasado año, donde había que ganar y esperar que un tercero venciera al rival por la salvación, esta nueva condición se antoja placentera.
Tilico al borde del descanso consigue adelantar al Cádiz. El Sporting reacciona y Monchu, a los 12 minutos de la reanudación, empata la contienda. A partir de ese momento, y en previsión de las victorias de Valladolid y Mallorca ante rivales que nada se jugaban (como así fue), el Cádiz prefirió guardar el punto que necesitaba y dejar pasar el tiempo. Y el Sporting, viendo que el Cádiz no iba a darle más problemas y que tampoco podía alcanzar la séptima plaza del Albacete aunque ganara, manteniendo con el empate el octavo lugar, prefirió igualmente no comprometer a su rival y así acabó el partido. Se había logrado eludir, un año más, el descenso directo, y con bastantes menos agobios que el pasado año, y ahora había que superar la promoción de permanencia ante un Segunda.
El sorteo emparejaría al cuadro de Ramón Blanco con el Figueras. Haciendo la mejor clasificación de su historia, nunca estaría tan cerca como ese momento para dar el salto a Primera. En el cuadro gerundense estaban, entre otros, el veterano Lobo Carrasco, que se retiraría ese año, pero también unos jovencísimos Tito Vilanova,
Toni, portero miembro de la España ganadora del Oro Olímpico junto con el cadista Quico ese mismo año, y De Quintana, que acabaría jugando en el Cádiz. El primer partido es en el Carranza, a diferencia del pasado año, y es una oportunidad para dejar sentenciada la eliminatoria. Tilico, a pase de Quico que sacó petróleo de un balón que parecía controlado por el portero visitante y un defensor, adelanta al Cádiz en el primer tiempo. El partido va transcurriendo sin mayores incidencias, controlado por el conjunto amarillo, hasta que finalmente, una falta que bota el Cádiz, rechaza la barrera visitante, se vuelve a colgar al belón y esta vez sí, Fali Benitez cabecea desde el borde del área grande sorprendiendo a la defensa que se había adelantado y a Toni que estaba descolocado. Un 2-0 que se antojaba muy cómodo.
A poco que se hicieran las cosas igual de bien, no se pasarían apuros en la vuelta, y en gran medida así fue. En un Municipal de Figueras engalanado para la ocasión, el Cádiz tira de oficio y cubre bien las acometidas del cuadro catalán. Ya en el segundo tiempo, Quevedo conectará un preciso cabezazo al palo largo donde no puede llegar Toni. Al Figueres le hacían falta ahora cuatro goles, algo realmente muy complicado. Lograron uno, faltando poco para el final, obra de Altamira, pero el conjunto andaluz no consintió más peligro, pudiendo además haber ganado en la última jugada con una genial galopada al contragolpe de Fali Benítez que finalmente estrella en el palo.
No hay tiempo para nada más, y los jugadores del Cádiz saltan a festejar al campo la permanencia conseguida, y también junto a los aficionados amarillos que poblaban un graderío. Se había logrado, además, con relativa facilidad, comparada desde luego con el pasado año, prometiéndoselas felices muchos aficionados de cara a la siguiente temporada. Sin embargo, esto no fue más que la calma que precedió a la tempestad...
Como curiosidad, Elements, la firma que equipaba al Cádiz entonces, llegó a vestir al conjunto cadista con hasta tres modelos diferentes a lo largo de la campaña; para la pretemporada y Trofeo Carranza, presentó una novedosa equipación sobrecargada de adornos (algo muy de moda a principios de los 90, y que Elements exprimió muy bien), que pasaría a ser conocida como “la camiseta de los triangulitos”, y que en principio pertenecían al catálogo de fútbol sala de la marca, pero que encandiló a la directiva y las eligieron. La equipación, sin embargo, presentaba el problema de que los números eran blancos, además sobre una espalda que no era de un solo color, sino que arriba del dorsal había un pico en azul.
Desde luego, para futbol sala servían, porque los árbitros, los espectadores y las cámaras estaban más cerca del jugador y se podía identificar sin problemas, pero en el fútbol las distancias eran mayores y provocaban confusión. Así que se “aparcó” ese modelo para corregir ese aspecto, y mientras, Elements vistió al Cádiz con su modelo de fútbol grande, muy parecido al año pasado, cambiando sólo el cuello a uno más moderno de la época con botones de clic, y la publicidad, que seguía siendo de turismo de Cádiz, pero con un logotipo más alegre y pictórico, y fue la que se usó en el primer tercio de liga, momento en que Elements presentó el tercer modelo, la de triangulitos de antes, con la espalda corregida; ahora ésta era amarillo liso y con los números en azul.
Además, se incorporaría la publicidad adoptada en la camiseta intermedia. Este modelo de triangulitos marcaría una época, siendo tal vez la más cotizada por coleccionistas y se mantendría, con pequeñas modificaciones, durante tres campañas enteras.
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