Escribo este artículo cumpliendo el alto honor de representar al grupo de amigos que hace diez años —y convocados por Paco Sánchez Múgica— pusimos en marcha la aventura periodística de lavozdelsur.es. Pensamos entonces en abrir un espacio de independencia y diversidad en aquel obsoleto mar informativo local, tan resistente al cambio que —incluso— tiraba por la borda a sus mejores marineros jóvenes.
Para ello, logramos aparejar un grupo de prometedores periodistas jóvenes, que se enrolaron en la tripulación, y así se puso en pie esta nueva nave, en condiciones de navegar. Al principio, fue muy duro: navegación a remo, a puro pulmón, en la dura bancada, y sufriendo algunos abatimientos por los fuertes vientos. Buscamos muchas veces un lugar de abrigo, al socaire de tempestades, pues sufrimos violentos golpes de mar en nuestra pequeña nave, a babor y a estribor, y algunos de esos bandazos hicieron mucho daño en ella, amenazando con irse al garete este hermoso y necesario proyecto.
Y aunque algunas veces una espesa bruma nos ha desorientado, sin embargo nunca hemos estado a la deriva. Otras veces también, la calma chicha ha frenado nuestra navegación. Y hemos redoblado esfuerzos, de nuevo a pulmón, para salir de esa calma paralizante. Y en las marejadas, hemos bordeado la costa a cabotaje, refugiándonos entre sus cabos. Cuando amainaba hemos navegado a sotavento, a veces cabeceando, para lograr arribar a buenos puertos, y encontrar nuevos amigos.
Así, hemos fortalecido la nave, cuaderna a cuaderna, gracias al apoyo de nuestros socios y accionistas, que nos han permitido capear el temporal: el casco de la nave ha resistido, siempre, y ha mantenido su centro de gravedad. Incluso hemos achicado poco a poco nuestra propia ruina, cuando este fantasma se presentaba, sin lanzarnos por ello al abordaje del botín de otras naves.
En estos diez años, nuestros derroteros, a través de miles de millas, nos han llevado por muy distintos archipiélagos, algunos llenos de escollos peligrosos, pero también hemos encontrado múltiples islas de acogida y algunos archipiélagos libres de ignorancia y de maldad.
Nuestra nave ha ido así creciendo, de chalupa a goleta y después a fragata, tiene hoy más metros de eslora, y de manga, es más estanca y menos vulnerable. Incluso hemos evolucionado del sextante a la navegación electrónica, y ahora es mucho mayor nuestra estela en el mar de internet. Hoy está en muy buenas condiciones marineras.
Pero siempre hay días con fondeaderos desabrigados, expuestos al fuerte viento. Por eso seguimos necesitando vuestro apoyo: somos, al fin y al cabo, solo una pequeña nave en el inmenso mar de la comunicación, y a nuestro lado navegan buques gigantes, a veces amenazantes.
Estamos satisfechos: nuestra vela mayor ha resistido los embates de un entorno muchas veces hostil, que no han podido dañar nuestra viga maestra, o nuestra quilla. En definitiva, navegamos a toda vela, y nada ha logrado desarbolar nuestro mástil principal, donde cada día se iza nuestra bandera: lavozdelsur.es, periodismo en andaluz. No tenemos otro pabellón.
Y en estos diez años hemos ampliado nuestra Rosa de los Vientos, marcando nuevos rumbos más allá de Jerez, primero hacia el resto de la provincia de Cádiz, con fondeadero en su hermosa Bahía, y después nuestra nave ha remontado el Guadalquivir, para fondear en Sevilla. Y esperamos seguir así, ampliando nuevos rumbos, por toda la costa andaluza, y más allá...
También, entre suaves escarceos, hemos intentado que nuestra nave no escorara a babor ni a estribor, y hemos corregido la inclinación para mantener la vertical, en su línea propia de flotación. Nunca aceptamos grillete alguno, sólo los que en nuestra nave defienden justamente nuestra resistencia y nuestra libertad. Y no tenemos más mordazas que las que, a bordo, nos permiten atar firmes los cabos.
En definitiva, salimos hace diez años, más jóvenes e ignorantes, y vamos aprendiendo el difícil arte de navegar, en el mar del periodismo y en la vida.
Hoy, diez años después, nuestro compás magnético —cuyo norte es el SUR—,sigue firme en los principios originales de nuestra nave: libertad, independencia a babor, independencia a estribor, excelencia y profesionalidad.
Y al cumplir estos diez años de navegación, hemos engalanado las jarcias, la cubierta y los mástiles, con nuestras mejores galas, y en nuestra singladura fondeamos hoy en la hospitalaria Bahía de los Museos de la Atalaya, rodeados de tantos amigos.
¡Gracias a todos!
A nuestros lectores, que dan sentido a nuestra nave, a la abnegada tripulación, y a todos los amigos que en —administraciones públicas instituciones y empresas— vienen apoyando nuestro rumbo, y nos ayudan a crecer.
Y ¡gracias a todos los premiados en esta I edición de Voces del Sur!, que nos acompañan, elegidos porque representan lo mejor que hemos encontrado en nuestras arduas navegaciones por muy distintas ínsulas.
¡Muchas gracias a todos!
Mañana levaremos otra vez el ancla, proa de nuevo hacia la mar abierta...
(En nuestro cuaderno de bitácora, escribo hoy estos recuerdos, y pido al resto de amigos que los lean con cariño).
Firmado en cubierta, a 30 de octubre de 2024: Capitán Barbablanca.