Curiosa la coincidencia que se ha producido en la sala de Audiencia Provincial, la de tres de los cuatro alcaldes que ha tenido Jerez en democracia, es decir, Pedro Pacheco, María José García-Pelayo y Pilar Sánchez, el primero como imputado y las dos ex alcaldesas como testigos. Se trata del llamado ‘caso de los huertos de ocio’, un asunto que ocurrió hace tiempo –los hechos se remontan a hace 14 años— que está a punto de que cada sesión diaria empiece con el ‘Érase una vez’: las cosas de la Justicia en España.
Pero en este espacio de lo que queríamos hablar es de la foto de los tres ex alcaldes esperando a ser llamados por la sala, tres personas que han sido clave en la política municipal de Jerez desde la restauración de los ayuntamientos democráticos. No vamos a hablar de los problemas legales que, en distinta medida, han tenido los tres (y que Pacheco sigue arrastrando), ese no es el tema, el tema es que son tres personas que años después han coincidido en unos metros cuadrados y que no se han cruzado ni una palabra (aunque en algunos medios dicen que hubo un ‘buenos días’ de carácter generalista). Bien… tres rivales, adversarios y, por fin, enemigos, la palabra con la que cada uno define con toda seguridad a los otros dos.
La falta de consenso y de entendimiento ha sido la tónica de sus relaciones, que incluso ha fallado por momentos en las formas. Su relación es la constatación de un período durante el que la política –su significado real— fracasó en Jerez cuando más falta hacía. Con todo, lo peor es que parece que los políticos actuales del Consistorio no han extraído muchas enseñanzas al respecto…