Mensaje navideño de su majestad la República

 

Ciudadano señor Borbón: te hablo desde la autoridad que me confiere la Historia al representar yo la única forma posible de organización de un Estado democrático y me dirijo a ti investida de la dignidad que me otorga el haber sido proclamada dos veces por el pueblo y dos veces derrocada por las armas de quienes defendían ilegalmente la arbitrariedad de tu linaje.

Borbón, tú y los tuyos os habéis arrogado la soberanía popular para justificar vuestra inmoral prevalencia y habéis instrumentalizado vuestra grandeza nobiliaria para concertar la adhesión de los poderosos y apropiaros así de la legitimidad política republicana a la que no tenéis derecho.

Pero, ciudadano Borbón, es hora ya de que todos sepan que la majestad, la autoridad y la dignidad residen en el pueblo y sólo en el pueblo, es decir, en mí, la República. Es hora de que se conozca que tu padre y tú nunca fuisteis elegidos democráticamente para ostentar ninguna representación. Es hora de que se recuerde que tu padre y tú alcanzasteis inmoralmente la jefatura del Estado sólo porque un dictador asesino le designó a él mientras mecía tu cuna. Es hora de denunciar que, como pregonaba tu progenitor, recibisteis "de su excelencia el jefe del Estado y generalísimo Franco la legitimidad política surgida el 18 de julio de 1936".

Es hora de revelar que la feudal institución que representas basa sus cimientos en el reciente exterminio de 250.000 opositores y en la opresión de millones de españoles durante 40 años de dictadura. Y es hora de divulgar que gracias a la Hacienda pública que es de todos los españoles, tú y los tuyos nadáis en la abundancia y gozáis de enormes privilegios, sobrevenidos e inmerecidos; que tus cuentas son absolutamente opacas y no pueden ser auditadas por el Estado de derecho; y que nunca has sometido ni someterás tu injusto cargo a elección y escrutinio público.

Ciudadano Felipe Borbón, tus indeseados mensajes navideños se fundamentan en la injusticia y en el deliberado olvido del crimen y la muerte que te auparon al poder, pues tu verbo es la esencia de lo más granado del acervo ideológico de una clase social elitista y usurpadora de la voluntad popular.

Y es éste mi mensaje para ti, el mensaje navideño de su majestad la República a la monarquía que representas: "Ciudadano Felipe Borbón, reconoce tus errores, renuncia a tus privilegios y abdica como tu abuelo Alfonso". He dicho.

Firmado, con "orgullo y satisfacción": Su majestad la República española.