Moción de censura, Podemos y el ticket Sánchez-Díaz

En los entresijos de poder hispano se trama una operación de régimen para devolver a la izquierda a la posición anterior a la llegada de Podemos en 2014

Estoy casado y tengo una hija. Licenciado en Ciencias Químicas y Doctor en Ciencias Ambientales.

Sánchez y Díaz aplaudan en el debate de la fracasada moción de censura de Vox esta semana.

Enric Juliana, en un artículo del día anterior a la segunda moción de censura de Vox, utilizó un cuadro del pintor Álvaro Toledo, cuya reproducción había visto en la entrada a la vivienda del candidato Don Ramón Tamames, al hacerle una entrevista con motivo de su candidatura a la presidencia del gobierno de España en la moción de censura de Vox. El cuadro es La tertulia de Antonio Herrero, el texto El sindicato del crimen.

En el cuadro aparecen personajes cuyo largo aliento mediático llega hasta estos días. Son Pedro J. Ramírez, José Luis Gutiérrez, Justo Fernández, Manuel Martín Ferrand, Luis María Anson, el propio Antonio Herrero que dirigía la tertulia en la Cope, Federico Jiménez Losantos, Jaime Capmany, Amando de Miguel, Víctor Vázquez Reviriego, Pablo Sebastian, y Fernando Sánchez Dragó. Juliana describe cómo estos próceres del poder mediático, bien conectados con la alcurnia del poder judicial, policial y de los servicios de inteligencia, sincronizaban sus mensajes con el objetivo de que José María Aznar derrotase a Felipe González. La pintura es de 1996, el año en que el Partido Popular derrotó al PSOE.

Teníamos incertidumbre sobre el impacto de la moción de censura impulsada por Vox. Vista la obra, tenemos conclusiones. Ha sido un fracaso estrepitoso. La imagen caduca del candidato con su torpeza dialéctica ha actuado contra el imaginario del partido proponente. A Tamames le queda grande la imagen  de chulo de película. Alberto Núñez Feijóo recogerá electorado de esta mala idea de Vox. Su temor a que la cosa saliera bien a Vox le impidió estar en el Congreso con la red de pescar votos.

Sí ha sacado rédito de la moción el tándem Pedro Sánchez-Yolanda Díaz. Ha sido una maniobra fraguada en Moncloa. La acción política de Yolanda Díaz está concertada con Pedro Sánchez. Los actos de Sumar y los posicionamientos de la vicepresidenta cobran el sentido de conjunto que expliqué en Las fotos de Yolanda Díaz y los números del CIS. Presidente y vicepresidenta se han repartido los roles para potenciar la imagen de ambos y debilitar al motor Podemos. Los parabienes les llegan desde todo el espectro mediático. La adulación es interesada, sacar a Podemos del escenario. Ferreras goza en grande.

En los entresijos de poder hispano se trama una operación de régimen para devolver a la izquierda a la posición anterior a la llegada de Podemos en 2014. Un nuevo bipartidismo de bloques en el que el ticket Sánchez-Díaz fuese Jano bifronte. Efigie que mira al pasado y al futuro, a la derecha y la izquierda, para bloquear la puerta a los avances que no cuenten con el visto bueno del PSOE. Al tiempo, un PP con vía libre para pactar gobierno con Vox.

Si Podemos se deja arrastrar a los juegos de agón que preparan, como en Andalucía, quienes llaman a la unidad sin condiciones, se encontrará en el último momento, cuando se convoquen elecciones, ante la tesitura de entregarse a Sumar atado de pies y manos o limitar extremadamente su capacidad de acción. Lo veo venir como lo vi en Andalucía con resultados catastróficos que analicé en La suma no es más. A tiempo se está de evitarlo, cuanto antes mejor. Con lo de Andalucía acerté, no deseo acertar otra vez.                        

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