Moreno Bonilla y el futuro del PSOE-A: ¿ganador por incomparecencia?

Secretario de Memoria Histórica de las Juventudes Socialistas de Málaga capital

García Egea, Moreno, Serrano y Ortega Smith, en la firma del acuerdo mediante el que Vox propició el Gobierno andaluz de PP y Cs.

Desde 2018 y tras el pacto de la infamia; los andaluces tenemos en la presidencia de la comunidad a un incapaz. Moreno Bonilla fue investido con el apoyo de la extrema derecha representada por Vox, por eso desde entonces está atado de manos por cumplir sus pactos con el diablo. Aceptar los votos de quienes llaman presidente a la presidenta, niegan la violencia de género o la memoria histórica tiene que salir caro. De hecho ya lo estamos viendo, el presidente Moreno Bonilla escribió en twitter “Violencia intrafamiliar” en referencia a un caso de violencia machista; dejando constancia de su latente negacionismo hacia la violencia de género promovida por quienes le abrieron las puertas de  San Telmo.

Es por ello que a día de hoy tenemos en la presidencia de Andalucía a un sorayista reprimido. Un inútil que es quién es por meterse en un armario ideológico y aceptar con los ojos tapados y la boca amordazada un “sí” de diputados fascistas (No lo digo yo, una diputada de Vox ahora está representando a Falange Española en el parlamento). 

Y uno se pregunta ¿Y este individuo tiene posibilidades de ser reelegido?  Pues por desgracia, sí. Y es el PSOE quien tiene la culpa de eso. 

El PSOE de Andalucía (PSOE-A) tiene dos opciones: renovarse o morir. Nuestra actual secretaria general, la expresidenta Susana Díaz ha hecho una oposición (si es que a eso se le puede llamar oposición) invisible e inefectiva. No me verán jamás votando ni apoyando a otro partido que no sea el partido socialista, pero tenemos que aprender de las derechas como se hace oposición, sin caer en el destructismo marca de la casa de los populares. 

Desde que Pedro Sánchez salió investido de la confianza del congreso de los diputados, no ha pasado ni un minuto sin que las derechas hayan poco menos que incendiado las redes sociales, propagado el discurso del odio y difamado a más no poder a todo el gobierno. Con esto no estoy diciendo que hay que caer en crispación y en la irresponsabilidad institucional en la que PP y VOX viven inmersos, pero tampoco se puede no hacer oposición literalmente. La vida no es blanca o negra, hay tonos grises. 

¿Ha visto alguien alguna oposición a Moreno Bonilla tan marcada como a Pedro Sánchez?. Aunque no esté tan marcada, ¿alguien ha visto acaso alguna oposición a secas?. 

Con la vista puestas en las elecciones andaluzas de 2022, hemos visto reaparecer a Susana Díaz para reclamar una candidatura a la Junta de Andalucía que supondría darle al presidente Moreno Bonilla un 2º mandato por incomparecencia ajena. 

El PSOE-A tiene dos opciones: o se renueva de la mano de Felipe Sicilia o Juan Espadas o se hunde con el cadáver político de Susana Díaz de candidata. 

Apoyaré a cualquier candidato socialista a la Junta, pero esperemos que se opte por la renovación.

Desde 2018 y tras el pacto de la infamia; los andaluces tenemos en la presidencia de la comunidad a un incapaz. Moreno Bonilla fue investido con el apoyo de la extrema derecha representada por Vox, por eso desde entonces está atado de manos por cumplir sus pactos con el diablo. Aceptar los votos de quienes llaman presidente a la presidenta, niegan la violencia de género o la memoria histórica tiene que salir caro. De hecho ya lo estamos viendo, el presidente Moreno Bonilla escribió en twitter “Violencia intrafamiliar” en referencia a un caso de violencia machista; dejando constancia de su latente negacionismo hacia la violencia de género promovida por quienes le abrieron las puertas de  San Telmo.

Es por ello que a día de hoy tenemos en la presidencia de Andalucía a un sorayista reprimido. Un inútil que es quién es por meterse en un armario ideológico y aceptar con los ojos tapados y la boca amordazada un “sí” de diputados fascistas (No lo digo yo, una diputada de Vox ahora está representando a Falange Española en el parlamento). 

Y uno se pregunta ¿Y este individuo tiene posibilidades de ser reelegido?  Pues por desgracia, sí. Y es el PSOE quien tiene la culpa de eso. 

El PSOE de Andalucía (PSOE-A) tiene dos opciones: renovarse o morir. Nuestra actual secretaria general, la expresidenta Susana Díaz ha hecho una oposición (si es que a eso se le puede llamar oposición) invisible e inefectiva. No me verán jamás votando ni apoyando a otro partido que no sea el partido socialista, pero tenemos que aprender de las derechas como se hace oposición, sin caer en el destructismo marca de la casa de los populares. 

Desde que Pedro Sánchez salió investido de la confianza del congreso de los diputados, no ha pasado ni un minuto sin que las derechas hayan poco menos que incendiado las redes sociales, propagado el discurso del odio y difamado a más no poder a todo el gobierno. Con esto no estoy diciendo que hay que caer en crispación y en la irresponsabilidad institucional en la que PP y Vox viven inmersos, pero tampoco se puede no hacer oposición literalmente. La vida no es blanca o negra, hay tonos grises. 

¿Ha visto alguien alguna oposición a Moreno Bonilla tan marcada como a Pedro Sánchez?. Aunque no esté tan marcada, ¿alguien ha visto acaso alguna oposición a secas?. 

Con la vista puestas en las elecciones andaluzas de 2022, hemos visto reaparecer a Susana Díaz para reclamar una candidatura a la Junta de Andalucía que supondría darle al presidente Moreno Bonilla un 2º mandato por incomparecencia ajena. 

El PSOE-A tiene dos opciones: o se renueva de la mano de Felipe Sicilia o Juan Espadas o se hunde con el cadáver político de Susana Díaz de candidata. 

Apoyaré a cualquier candidato socialista a la Junta, pero esperemos que se opte por la renovación.

 

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