La Sanidad pública andaluza tiene diez veces menos fisioterapeutas de los que recomienda la Organización Mundial de la Salud. Una situación que está provocando que miles de pacientes andaluces sufran demoras de meses en ser atendidos o que tengan que costearse la rehabilitación de su propio bolsillo.
Faltan fisioterapeutas en Andalucía y faltan muchos. Se precisan 8.000 más y en ninguna provincia de nuestra región se alcanza la recomendación establecida por la Organización Mundial de la Salud de un fisioterapeuta por cada 1.000 habitantes.
Por todo ello los sindicatos sanitarios reclamaban que haya un profesional en cada centro de salud en la rehabilitación, pero Moreno Bonilla mira para otro lado y no tiene el más mínimo interés en incrementar el número de estos profesionales, incumpliendo así sus promesas electorales.
Hay muchos andaluces que, en principio, no tienen un problema grave de salud, pero que acabarán desarrollando patologías por no llegar a tiempo al fisioterapeuta en la sanidad pública. Hay muchos enfermos crónicos que necesitan fisioterapia para vivir, y lo mas importante vivir con calidad de vida. ¿Y ante esto qué hace Moreno Bonilla? Absolutamente nada.
Los ciudadanos cada día viven más años, por ello invertir en un envejecimiento saludable podría ahorrar mucho dinero a las arcas públicas, evitando que miles de personas sean dependientes y sufran problemas de movilidad. ¿Y ante esto qué hace Moreno Bonilla? Absolutamente nada.
Pero el presidente andaluz ha dado un paso más y ahora ha aprobado una nueva cartera de servicios para estos profesionales de la sanidad pública donde se les recortan importantes competencias. Su objetivo es que queden relegados a meros técnicos y no se les dota de las capacidades de diagnóstico y tratamiento para las que se han formado.
La Junta de Andalucía pretende que estos profesionales solo tengan atribuida la función de tratar al paciente tras haber recibido el encargo por parte del especialista intermedio que suele ser un médico rehabilitador. Esto alarga la espera del paciente que necesita este tratamiento.
Es llamativo que cuando el fisioterapeuta deba de tratar un paciente en la sanidad pública y quiera aplicarle un tipo de tratamiento necesita prescripción médica, pero si ese paciente va a un fisio privado, ya no es necesario.
Además, cuando un fisio trabaja en una clínica privada puede dar de alta a un paciente si hace falta, pero en la sanidad pública no puede hacerlo, atentando así sobre la autonomía de esta profesión.
Todo apunta a que Moreno Bonilla tiene un objetivo muy claro, que es aumentar las listas de espera para acceder a un fisioterapeuta en la sanidad pública, con lo cual a los andaluces y andaluzas no van a tener más remedio que acudir a la privada y pagarse de su propio bolsillo el tratamiento. ¡La sanidad pública es un derecho y no es un negocio! ¿Esto era el cambio para Andalucía?
Miguel Ángel Heredia Díaz, portavoz de Hacienda y Senador del PSOE por Málaga